Raphaël Glucksmann: «La limpieza étnica la ha hecho Putin»

-¿Qué me puede contar de esa fuerte amistad que últimamente ha surgido entre Rusia y Venezuela, con el consiguiente paquete de venta de armas?

-Sí, y con el reconocimiento por parte de Venezuela de las provincias georgianas, separatistas, de Abjasia y de Osetia del Sur. Los dos países que hasta ahora han reconocido a esas regiones independentistas han sido Nicaragua, es decir, Ortega, y Chávez. ¿Cuál es el común denominador de los populistas iberoamericanos, de antiguos miembros del KGB y de los teócratas iraníes? No lo hay, excepto el odio a Occidente y a los Estados Unidos.

-¿Cuál es el fin de su viaje? -Me desplazo por Europa para explicar la situación en Georgia y explorar vías de colaboración, cultural y económica. No es necesario enemistarse con Rusia para ayudar a Georgia. Lo primordial es invertir allí e intensificar las relaciones con el gobierno y con la sociedad civil.

-¿Diría que Osetia y Abjasia son casos como el de Kosovo?

-No, en absoluto. Al margen de otras consideraciones, la limpieza étnica en el Cáucaso la ha hecho Putin. En Kosovo fue Milosevic, al que se le acusó de genocida.

-¿Qué papel juega la misión de observación de la Unión Europea en Georgia?

-Crucial. Si no se hubiera constituido, la guerra podría estallar otra vez mañana mismo. Desde luego, está muy limitada, porque Rusia impide que vean lo que ocurre en Abjasia y Osetia. Nadie sabe realmente lo que está pasado allí, en las zonas controladas por el Ejército ruso.

-¿Sabe usted si en este momento el régimen ruso aún lleva a cabo limpieza étnica en Abjasia y en Osetia del Sur?

-La hicieron tan a fondo que casi ya no es necesaria. Ahora, en Georgia, de una población total de 4,5 millones, hay 300.000 refugiados.