Putin y Macron piden un alto el fuego entre Armenia y Azerbaiyán

El documento, publicado en la página web del Kremlin, ha sido suscrito por los presidentes Emmanuel Macron, Donald Trump y Vladímir Putin . «Lamentamos la pérdida de vidas humanas y expresamos nuestras condolencias a las familias de las víctimas y los heridos», se señala en la declaración, que solicita a las partes contendientes el compromiso de «detener de inmediato los enfrentamientos y retomar las negociaciones de buena fe y sin condiciones». Este pronunciamiento de las potencias que encabezan el Grupo de Minsk se producía mientras Stepanakert, la capital de Nagorno Karabaj, y otras localidades del enclave eran objeto de un feroz bombardeo de la artillería azerbaiyana, que se intensificó ya durante la pasada noche.

En la localidad karabají de Martuní, muy cerca de la línea de separación, una bomba hirió por lo menos a cuatro periodistas locales y extranjeros, entre ellos un reportero del diario francés Le Monde, que fue hospitalizado en estado grave, el fotógrafo del mismo medio que le acompañaba, el corresponsal del canal armenio 24News y un cámara de la televisión «Armenia». Un acompañante karabají que trabajaba con ellos como guía también fue herido y murió poco después de ser ingresado en un hospital de Stepanakert. En las inmediaciones había también periodistas de la agencia France Presse que resultaron ilesos.

Pero el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan , que ha criticado duramente al Grupo de Minsk por «no haber hecho nada en 30 años» y que se ha mostrado dispuesto a ayudar a Azerbaiyán incluso con medios militares, advirtió hoy a Putin y a Macron, los primeros en pedir que paren los enfrentamientos, que «un alto el fuego duradero en esta región depende de la retirada armenia de todo el territorio azerbaiyano».

El presidente azerbaiyano, Ilham Alíev , manifestó este miércoles que la actual ofensiva continuará hasta la liberación total de los territorios «ocupados».«Armenia debe renunciar a la política de ocupación (...) su Ejército debe abandonar nuestra tierra sin condiciones, en su totalidad y de manera inmediata». «Si el Gobierno armenio cumple esas condiciones, los combates cesarán, la sangre dejará de derramarse e instauraremos la paz en la región», añadió Alíev. Según sus palabras, «nuestra ofensiva está dirigida a restituir la justicia, Nagorno Karabaj es un territorio histórico de Azerbaiyán».

Tras una conversación telefónica la pasada noche, los presidentes de Rusia Francia ya pidieron conjuntamente el cese de las hostilidades entre armenios y azerbaiyanos. Rusia y Francia, junto con Estados Unidos, son los tres países que presiden el Grupo de Minsk, estructura creada en 1994, tras la tregua que siguió a una guerra que duró tres años, y de la que también forman parte Alemania, Bielorrusia, Finlandia, Italia, Suecia y Turquía, además de Armenia y Azerbaiyán. Pero, pese a las múltiples cumbres habidas y esfuerzos desplegados, no ha habido forma de resolver el contencioso desde entonces.

Tampoco Armenia está por la labor de parar los enfrentamientos, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, considera que no es momento para cumbres de paz. Según su opinión, «para que haya negociaciones es necesario una atmósfera y unas condiciones adecuadas». Citado por la agencia rusa Interfax, Pashinián dijo también el martes por la noche que «Armenia y Nagorno Karabaj no están dispuestas a que la solución -a la disputa territorial- se haga en detrimento de sus intereses nacionales y de seguridad».

Por otro lado, según fuentes del Elíseo, Putin y Macron hablaron del presunto envío de Turquía de mercenarios sirios a luchar en Nagorno Karabaj. El presidente galo sostiene tener pruebas de ello. Tal información fue difundida el martes por la ONG, Observatorio Sirio de los Derechos Humanos y por el embajador armenio en Rusia, Vardán Toganián.

A través de un comunicado, el Ministerio de Exteriores ruso aseguró que «según las informaciones que hemos recibido, a Nagorno Karabaj están llegando integrantes de grupos armados ilegales procedentes, en particular, de Siria y Libia, con el objetivo de participar directamente en los combates». En la nota se expresa la «profunda preocupación» de Moscú ante la posibilidad de que la presencia de tales combatientes «no sólo provoque una escalada aún mayor de las tensiones en la zona de conflicto, sino que cree amenazas a largo plazo para todos los países de la región».

Este pronunciamiento es la primera advertencia que lanza Rusia, especialmente a Turquía, pese a que, por el momento, da prioridad a la vía negociadora y no está dando todavía señales de pretender involucrarse en el conflicto. «Llamamos a los dirigentes de todos los países interesados a tomar medidas efectivas para evitar el uso de terroristas extranjeros y mercenarios en este enfrentamiento y garantizar su retirada inmediata de la región», reza el comunicado de la Cancillería rusa. Pero Bakú reiteró este jueves que no hay mercenarios extranjeros luchando en sus filas.