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Provenzano, máximo jefe de la Cosa Nostra, muere a los 83 años

Infiltró la mafia en el Estado. Condenado a una veintena de cadenas perpetuas, huido durante 43 años de la justicia, se lleva consigo muchos misterios

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

El máximo jefe de Cosa Nostra, Bernardo Provenzano , ha muerto a los 83 años en el hospital de San Pablo de Milán, donde fue ingresado en abril 2014. Estaba enfermo desde hacía tiempo por cáncer de vejiga. Provenzano fue detenido en el año 2006 en una casa agrícola a pocos kilómetros de Corleone (Sicilia), su pueblo natal y el de otros muchos jefes mafiosos. Fue trasladado a la cárcel de Parma, sometido hasta el final a un régimen penitenciario duro y condenado a una veintena de cadenas perpetuas .

Junto a su paisano Totó Riina , natural también de Corleone, condujo el asalto de los corleoneses al control total de Cosa Nostra, marcando la estrategia de la mafia siciliana. Mientras Riina mantuvo siempre la fama de sanguinario, Provenzano encarnó el estilo de una mafia que intervenía en asuntos invisibles, al saber infiltrarse en áreas del Estado, sin necesidad de utilizar el plomo de las armas y la dinamita para las bombas. De todas formas, Provenzano no renunció tampoco a las armas, y sabía hacerlo con determinación cuando lo consideró necesario, como demostró en una matanza en Palermo (1969), un delito por el que fue condenado a cadena perpetua como ejecutor material. En ocasiones se dijo que Provenzano había muerto, porque durante largas temporadas daba la sensación de que había desaparecido. Pero siempre estuvo muy activo al mando de Cosa Nostra. Su sombra se concretó también en los atentados de 1993 en Roma, Florencia y Milán.

43 años huido, un récord

Provenzano fue considerado peligroso hasta el último momento, por su capacidad para el doble juego , para infiltrarse en «territorio enemigo» y por sus contactos, auténticos o presuntos, con el Estado. Todo ello le permitió mantenerse huido de la justicia durante 43 años, todo un récord casi imbatible, que fue posible solo por la enorme red de apoyo y complicidades que tuvo, controlando un increíble poder desde su propia casa siciliana .

En el 2012 se le diagnosticó cáncer y desde entonces sus condiciones se agravaron. El pasado lunes, sus hijos, Angelo y Francesco Paolo, y su compañera de toda una vida , Saveria Benedetta Palazzolo , con la que nunca se casó, fueron avisados de la inminente muerte de Provenzano. A pesar de que en los últimos años sus condiciones cognitivas habían empeorado gravemente, se le mantuvo siempre el régimen duro y las visitas de los familiares, incluso en el hospital, se desarrollaron con estricta vigilancia del régimen duro de cárcel.

Tramas, secretos, verdades

Provenzano se ha marchado al otro mundo llevando consigo muchos misterios y verdades. Se ha dicho siempre que estuvo ligado con algunos sectores del Estado, pero esto nunca fue demostrado en un proceso judicial. Cuando fue detenido exclamó a los policías: «No tenéis ni idea de qué cosa estáis haciendo». No se sabe qué quiso decir. Permaneció diez años en silencio , los cuatro últimos transcurridos prácticamente con demencia senil.

El actual presidente del Senado, el magistrado Pietro Grasso , exfiscal nacional antimafia, ha comentado que el Estado tiene el deber de continuar la búsqueda de la verdad sobre los misterios que se ha llevado Provenzano: «Fue durante decenios el jefe de Cosa Nostra, manchándose de crímenes y matanzas salvajes, además de estar en la cumbre de las más secretas tramas de nuestro tiempo», dijo el presidente del Senado. Con Provenzano se va un capítulo trágico e importante de Cosa Nostra.

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