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Las propiedades de los militares nicaragüenses, en el punto de mira de las sanciones de EE.UU.

El Asesor para Centroamérica de EE.UU., Todd Robinson, apuesta por la vía diplomática y económica para resolver la crisis aunque reconoce que «todas las opciones están sobre la mesa»

Miembros de las Fuerzas Especiales de Nicaragua, en la localidad de Masaya, durante los enfrentamientos con la oposición REUTERS
Susana Gaviña

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La hoja de ruta de EE.UU. respecto a Nicaragua parece casi calcada de la que está siguiendo con Venezuela, aunque en el primer país parece que la vía diplomática es la que, de momento, sigue teniendo más peso. Sin embargo, «todas las opciones están sobre la mesa», confesó ayer, en la Embajada de EE.UU. en Madrid, el asesor para Centroamérica del Departamento de Estado de EE.UU., Todd Robinson. «Aunque estamos enfocados en dos vías, la solución diplomática y la solución económica, el Gobierno de EE.UU. no está descartando ninguna opción», aseguró durante un encuentro con periodistas.

La vía económica se refiere a las sanciones ya impuestas tanto al presidente Daniel Ortega , como a su familia y círculo más cercano dentro del régimen. «EE.UU. ha sancionado a funcionarios del Gobierno nicaragüense por su papel en graves abusos contra los DD.HH., socavando procesos o instituciones democráticas; o por cometer actos de corrupción. También hemos revocado visas e implementado restricciones de visa para personas involucradas en la represión de manifestantes pacíficos; restringido invitaciones al Gobierno de Nicaragua para eventos internacionales, liderados por los EE.UU.; y hemos sido contrarios a la financiación del régimen represivo por parte de instituciones financieras internacionales. Estamos apoyando a la población civil nicaragüense para documentar las violaciones de los DD.HH. y apoyamos la rendición de cuentas del régimen de Ortega en foros internacionales y regionales», señaló el embajador Robinson, que durante un breve periodo de tiempo fue el encargado de negocios en la legación de Venezuela, y que fue expulsado de Venezuela por Nicolás Maduro en 2018, tras las sanciones impuestas por el Gobierno de Donald Trump.

La estrategia de EE.UU. para presionar al régimen de Ortega pasa por sumar esfuerzos con sus socios europeos -entre ellos España-, a los que ha visitado Robinson estos días con el fin de «respaldar un enfoque infernacional que ayude al pueblo nicaragüense a encontrar una solución pacífica, democrática y comprensiva a su crisis actual». «Hemos pedido ayuda a Europa y y también a España -señaló-. Hemos tenido discusiones positivas en Berlín y en Bruselas , donde hemos encontrado consenso global en la manera de continuar apoyando unas negociaciones, y mirando la posibilidad de más acciones, coordinando y cooperando». En esas discusiones se habría abordado una estrategia para imponer más sanciones.

« Los militares tienen propiedades en Europa, y quizá también en EE.UU. Estamos teniendo discusiones positivas con nuestros socios europeos - la UE aprobó la semana pasada una resolución no vinculante para imponer sanciones a Nicaragua - sobre las rutas para presionar al régimen y empujarlos a negociar», desveló ayer Robinson, quien está convencido de que la vía económica es la correcta para lograr que el régimen de Ortega ceda. «Vamos a seguir presionando con las sanciones. De hecho vamos a seguir identificando a personas en el régimen y militares que han reprimido violentamente los derechos de los nicaragüenses». Ante la posibilidad de que esto no funcione, se muestra categórico: «Va a funcionar».

Este sería un golpe muy importante para el régimen, pues las fuezas armadas y de seguridad, que lo han apoyado en todo momento -facilitando incluso armas a los grupos de paramilitares durante las protestas- no habrían sido víctimas hasta el momento de ninguna medida de respuesta ante sus abusos. Otro dato importante es que los militares representan uno de los sectores con mayor poder económico en Nicaragua.

Continúa la represión

Robinson volvió a recordar ayer los pilares fundamentales para lograr una solución a la crisis de Nicaragua, que está a punto de cumplir un año y que ha dejado, hasta el momento, un balance de 325 muertos y 700 detenidos por las protestas: unas elecciones anticipadas, libres y justas, y el respeto a los derechos humanos. «Es el único camino viable hacia la democracia y el desarrollo económico sostenible en el país». Sin embargo, el régimen de Ortega «continúa eligiendo la represión y la violencia sobre los DD.HH. y los anhelos democráticos del pueblo nicaragüense», subrayó.

La última muestra de violencia del régimen sandinista tuvo lugar el pasado sábado cuando la oposición convocó una manifestación para reclamar la liberación de todos los presos políticos: «La represión de una protesta pacífica demuestra la fragilidad y temor del régimen -sentenció-. Esto ha quedado demostrado de manera prominente este pasado fin de semana cuando el régimen reprimió violentamente una protesta pacífica en Managua, y detuvieron a más personas de las que habían liberado desde que se reabrió el diálogo», constató Robinson.

El sábado fueron detenidas 164 personas, además de ser agredidos varios periodistas. Desde que se reabrió el diálogo, el 27 de febrero, han sido excarceladas 150 personas. El último grupo fue excarcelado el pasado viernes - dando casa por cárcel a medio centenar de presos políticos -, lo que Robinson consideró «insuficiente» y que«no era serio» dentro del marco de las negociaciones.

El asesor para Centroamérica del Departamento de Estado de EE.UU., Todd Robinson

En opinión del asesor para Centroamérica, «la resolución definitiva de la crisis está en manos de los nicaragüenses . En EE.UU. apoyamos firmemente todos los esfuerzos creíbles para desarrollar un diálogo nacional para resolver esta crisis. La continua represión del pueblo nicaragüense, por parte del régimen de Ortega, sigue siendo el principal obstáculo para avanzar en conversaciones creíbles. Y no las habrá hasta que el régimen restaure las libertades que exige el pueblo nicaragüense». Una solución duradera para la crisis «solo puede lograrse mediante una acción política que involucre a todas la partes interesadas en la sociedad nicaragüenses. EE.UU. continuará utilizando todas las herramientas: diplomáticas y económicas a su disposición para apoyar y promover las reformas democráticas de Nicaragua».

Intentado alejarse de cualquier imagen injerencista, Robinson insistió en que la política de EE.UU. respecto a la crisis de Nicaragua, consiste «en apoyar a la Alianza Cívica , los esfuerzos del Vaticano y de otros países que están tratando de generar un diálogo, como Panamá y Costa Rica -que ha acogido a 50.000 exiliados nicaragüenses-».

Aseguró además que EE.UU. mantiene abierta la vía de diálogo con el Gobierno sandinista para encontrar una salida al conflicto. «Seguiremos hablando con el régimen de Ortega simpre con la idea de que sean serios en las negociaciones. No con nosotros ni con la comunidad internacional, sino con el pueblo nicaragüense», zanjó Robinson.

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