Dilma Rousseff toma posesión: «Gobernaré para todos»
La nueva presidenta de Brasil toma posesión: Mi compromiso es honrar a las mujeres y proteger a los más frágiles»
En un discurso vigoroso en que prometió seguir el camino de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, y trabajar para convertir a Brasil en el primer país desarrollado, menos desigual y con preocupación ambiental del mundo, la ex guerrillera Dilma Rousseff se convirtió ayer ... en la primera mujer que asume la Presidencia de Brasil.
«Vengo a consolidar la obra transformadora del presidente Luiz Inácio Lula da Silva», dijo Dilma en un discurso de 40 minutos al borde de las lágrimas, interrumpido varias veces por aplausos de los congresistas. «Estamos viviendo el desafío de una nueva hora, el despertar de Brasil. Por primera vez Brasil se ve con la posibilidad real de ser una potencia. La matriz energética limpia permite que Brasil sea el primera nación desarrollada con una preocupación ambiental. Seremos un campeón mundial en energía limpia», aseguró la nueva presidenta.
Asegurando que gobernará para todos lo brasileños, Rousseff prometió erradicar la pobreza extrema y universalizar los servicios esenciales: salud, educación y seguridad, como forma de consolidar los avances sociales de Lula, a quien rindió homenaje. «Mi objetivo es proteger a los más frágiles y gobernar para todos. Podemos ser uno de los países más desarrollados y menos desiguales del mundo», enfatizó.
Dilma declaró que mantendrá los fundamentos de la economía, luchará contra la inflación, reforzará las reservas internacionales, las inversiones públicas, y que trabajará para conseguir una reforma política y tributaria. La presidente asume el cargo con un apoyo fuerte en el Congreso, suficiente para cambiar inclusive la Constitución, si lo quisiera.
¿La década de Brasil?
Rousseff llega a la Presidencia en un momento considerado excepcional para Brasil y abre una década que es considerada «de oro». El país será en esta década sede del Mundial de Fútbol, de las Olimpiadas y del evento Río 92+20, un marco en los encuentros ambientales. Dilma garantizó que las inversiones para esos eventos serán permanentes y dejarán grandes obras. En los próximos cuatro años, la presidenta Dilma, como le gusta ser llamada, tendrá el peso de dirigir un país que su antecesor deja en estado de euforia.
Sobre la seguridad, que tanto preocupa dentro y fuera del país, Dilma dijo que las fuerzas de seguridad actuarán de forma coordinada, como hicieron recientemente en las favelas de Río de Janeiro. El nuevo gobierno, dijo Dilma, debe invertir en tecnología y en la vigilancia de fronteras para combatir la violencia y el tráfico de drogas. En política externa, Dilma declaró que sus prioridades serán América Latina, África y los países emergentes, y que mantendrá un diálogo importante con EE.UU. y Europa. La presidenta prometió luchar contra el proteccionismo y el flujo mundial de capitales especulativos. Su gobierno, afirmó, promoverá la paz, la no intervención, el multilateralismo y buscando la reforma de la ONU, donde Brasil quiere una silla permanente.
El Príncipe, hoy con Dilma
La investidura de Dilma estuvo marcada por el simbolismo, como la presencia de las once mujeres que compartieron la prisión con ella durante la dictadura, un trágico momento de su vida y de la historia brasileña al que la presidenta se refirió sutilmente. «No tengo resentimiento ni rencor», aseguró dejando claro que no debe juzgar a los militares, como ocurrió en Chile y Argentina. «Esta dura caminada me hizo valorar más la vida», dijo la nueva presidenta, que además de la tortura sobrevivió a un cáncer linfático hasta poco antes de su candidatura.
La nueva presidenta de Brasil se reunirá hoy (a las 9.00 hora local) con el Príncipe en su nueva oficina de un Palacio —el de Planalto— que conoce bien.
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