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Portugal pierde a su ‘Capitán de Abril’

Fallece el histórico Otelo Saraiva de Carvalho, que dirigió las operaciones militares durante la Revolución de los Claveles

Otelo Saraiva de Carvalho en 2010 ABC
Francisco Chacón

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Portugal nunca olvidará a su ‘Capitán de Abril’ , Otelo Saraiva de Carvalho , fallecido este domingo 25 de julio en el Hospital Militar de Lisboa. Su vida está ligada para siempre al histórico 25 de Abril de 1974 , el día que Portugal consiguió dejar atrás la oscuridad de la dictadura más larga de Europa y abrir las puertas de la democracia. Y en absoluto habría sido igual sin el capitán más emblemático del Ejército luso, sin su contribución para que el país vecino pudiera pasar página con la atípica Revolución de los Claveles .

Suya fue la coordinación de las operaciones militares, que dirigió con tino pacifista mientras sonaba de forma insistente en la radio ‘Grândola, vila morena’, de José Afonso, y los tanques se adornaban con flores rojas en señal de concordia. Era el caldo de cultivo para que Mário Soares abandonara el exilio y regresara a Lisboa, era la semilla de la transición a la portuguesa, muy distinta de la española.

Por eso, se granjeó el sobrenombre de ‘Capitán de Abril’ Saraiva de Carvalho, una figura crucial en el devenir del Portugal contemporáneo, capaz de suscitar el consenso que otros avatares políticos son imposibles de obtener.

Una figura que había comenzado a labrarse su papel cuando resultó movilizado como capitán de artillería en Angola allá por 1961, en esa guerra que tanto marcó a los portugueses y cuyo infierno impregnó la escritura de Lobo Antunes.

La mente de don Otelo mantuvo la lucidez en aquellas horas de confusión del estallido revolucionario sin sangre, contribución a la portuguesa en este tipo de acontecimientos. Desde entonces, ha sido visto como un ejemplo a seguir no solo en las Fuerzas Armadas, también en la sociedad civil.

Fue miembro del Consejo de la Revolución y comandante adjunto de COPCON (Comando Operacional del Continente). Y su calado político pudo haberse ampliado mucho más en caso de que su concurrencia a las primeras elecciones presidenciales, en 1976, hubieran tenido otro color.

Una sentencia de 15 años

Su candidatura parecía tener un enorme tirón popular, pero finalmente resultó derrotado por Ramalho Eanes . No obstante, también le persiguió la polémica porque se le acusó de estar al frente de las Fuerzas Populares 25 de Abril, una opaca organización a la que se señaló como responsable de varios actos terroristas en los 70 y los 80. Él siempre negó cualquier vinculación, pero el caso es que estuvo preso.

«Nunca mandé matar a nadie»

Pesaba sobre su cabeza la sombra de una sentencia de 15 años, pero salió liberado cuando le quedaba por cumplir una década de encierro. Su defensa llegó en forma de unas palabras que levantaron ampollas en su día: «Yo había anunciado que iba a ser cabeza de lista de Fuerza de Unidad Popular en las legislativas de octubre de 1984. El Partido Comunista no estaba dispuesto a sufrir otra derrota, como ya había pasado en las presidenciales del 76, cuando cayeron derrotados por mí para el segundo lugar. Yo obtuve el 17% de los votos, mientras que él se quedó en el 7%».

La controversia continuó con otras declaraciones, en las que dijo: «Nunca mandé matar a nadie. Siento auténtico horror ante cualquier asesinato. Liquidar a un ser humano es, para mí, algo profundamente doloroso y no concibo que nadie lo pueda hacer».

Una amnistía lo exoneró en 1996 y, cinco años después, logró la absolución total, pese a las críticas procedentes de algunos sectores sociales y políticos.

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