Piñera pide perdón y anuncia reforma de pensiones, salud, salarios y tarifas

Piñera pidió «perdón» porque, «es verdad que los problemas que se han producido en los últimos días, se venían acumulando hace décadas pero es verdad también que los distintos Gobiernos no fueron, o no fuimos, capaces de reconocer esta situación en toda su magnitud, esta situación de inequidad, de abusos que ha significado una expresión genuina, auténtica, de millones y millones de chilenos».

Tras entonar el «mea culpa» compartido con sus antecesores (del 2006 a la fecha se alternó en la Presidencia con Michelle Bachelet) detalló los puntos de la «agenda social». Con carácter inmediato anunció el aumento del 20% de las pensiones mínimas que beneficiará a más de medio millón de personas (la población de Chile es de 19 millones). El impuesto del 40% a las personas con rentas superiores a 8 millones de pesos al mes (unos 11.000 dolares) se aplicará mediante reforma legislativa así como buena parte del resto. En cuanto a las tarifas de la luz, de nuevo Piñera corrigió con la mano izquierda lo que había escrito con la derecha; dio marcha atrás con el aumento del 9%, como hizo con el aumento del billete del metro. En total, la batería de medidas supondrá un gasto (beneficio para los afectados) de unos 1.200 millones de dólares.

Las medidas económicas, una cuestión de justicia social, vinieron acompañadas de otras políticas para ganarse el favor de la población y de paso, apaciguar el malestar general. Esto es, una reducción de las dietas de los parlamentarios, de sus sueldos y de os del resto del cuerpo de la Administración del Estado. En ese apartado anunció que se recortara el numero de diputados y las reelecciones. En Chile los presidentes pueden aspirar a la reelección indefinida siempre que no sea consecutiva.

En cuanto a la fecha del fin del Estado de Emergencia y el toque de queda, dijo: «Como presidente es mi deber hacerlo cuanto tenga seguridades de que el orden público, la seguridad ciudadana y los bienes, tanto públicos como privados, estén debidamente resguardados.»

No es ese todavía el escenario que se vive en las calles. El número de muertos en esta semana negra de la historia de Chile ascendió a 18. Entre ellos, un niño de 4 años . Los detenidos se han reducido a la mitad. Ahora no llegan al millar pero los arrestados por saltarse el toque de queda que rige en Santiago, Concepción y Valparaiso suman seiscientos. El vandalismo de unos y la brutalidad de las fuerzas de seguridad desembocó en cinco querellas del Instituto Nacional de Derechos Humanos por la muerte a manos de militares o carabineros.