Pesqueros de guerra para salvar Misrata
Viejos barcos cargados con armas de los rebeldes esperan a que el mar amaine en Bengasi para zarpar hacia la ciudad sitiada por Gadafi
LUIS DE VEGA
“Nuestra Señora de la Fuente Clara” puede leerse en la cabina de un camión repleto de cajas con munición en el puerto militar de Bengasi . El nombre y las pegatinas de haber pasado la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) varias veces son ... pistas suficientes para saber que ha sido traido de segunda mano de España.
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Junto a él otro vehículos con la misma mercancía están siendo descargados en el interior de tres viejísimos barcos de pesca de entre 25 a 30 metros de eslora. Un poco más allá, la cubierta de un remolcador de nombre “Addzayra” llegado del puerto de Misrata alberga ametralladoras y miles de balas.
Pequeña armada
Se trata de una pequeña armada con la que los rebeldes libios van a echar una mano a sus colegas asediados desde hace mes y medio en la ciudad de Misrata, unos 200 kilómetros al este de Trípoli. Esperan a que el viento y el mar se calmen para zarpar.
En la cubierta y la bodega de los pesqueros, coronados por la bandera de la revolución , se amontonan las cajas con armas y munición que van siendo tapadas con lonas. “Lo que llevamos es esencialmente comida aunque también van algunas armas”, dice uno de los hombres a este enviado especial, al que no le permiten tomar imágenes.
La evidencia muestra que es más bien al reves, el espacio sobrante es el que se dedica a alimentos . Uno de los camiones llega cargado con comida envasada y sobre el puente de mando de uno de los pesqueros se ven varias cestas con tomates brillando al sol.
Los barcos con las armas se encuentran atracados junto a varios buques y fragatas militares del Ejército libio intervenidos por los rebeldes durante la revolución. Ninguno de ellos podrá ir a socorrer a los habitantes de Misrata para que las fuerzas de la OTAN no los confundan con barcos de las tropas de Muamar Gadafi.
«Saladín» envío de la Cruz Roja
Unos cientos de metros más allá, en la zona civil del puerto, el remolcador “Saladín” –legendario defensor del Islam del siglo XII- ha sido cargado con varias toneladas de equipos médicos y algo de alimentos también con destino a Misrata. En este caso se trata del primer envío que va a tratar de hacer llegar a esa ciudad la Cruz Roja Internacional , cuya bandera luce en el mástil del puente de mandos y en la proa.
“Nos hemos asegurado bien de que a bordo no vayan armas, ni sistemas de comunicación ni nada similar”, explica Georgio Negro, de Cruz Roja. “Este es un barco que va bajo nuestra responsabilidad y solo llevará material humanitario ”. “Contamos con el respaldo de la OTAN”, dice mientras prepara las cartas de navegación el capitán, que prefiere que su nombre no sea publicado.
Bengasi dista por mar de Misrata unas 250 millas naúticas lo que significará para el “Saladín”, dependiendo de las condiciones meteorológicas, entre 24 y 36 horas de viaje . El remolcador pertenecía hasta hace unas semanas a la compañía estatal petrolera Zuetina, pero ahora está en manos de los rebeldes y el viaje a Misrata es posible gracias al apoyo de la compañía Nour Libya Marine Services.
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