Perú respira por la independencia de sus jueces frente al nuevo gobierno

Una investigación fiscal que le seguía la pista a la mafia de falsificación de licencias de conducir en Junín, departamento ubicado en el centro del país donde nació hace 13 años el partido Perú Libre, llegó al líder y fundador, Vladimir Cerrón; al primer ministro, Guido Bellido , y a trece correligionarios más.

La clave estuvo en el móvil que se ubicó durante las pesquisas en pos de los falsificadores de licencia de conducir que dirigió la fiscal Bonnie Bautista, donde se encontraron conversaciones del primer ministro, Guido Bellido, y de otros implicados donde Vladimir Cerrón figura como el principal recaudador de fondos. Toda esta información fue entregado por la fiscal Bautista al fiscal anticorrupción, Richard Rojas, que forma parte del equipo más temido por los políticos en el país andino y que dirige el fiscal Rafael Vela.

Desde el 2018, en Perú, en el marco de la pesquisa en Brasil del caso Lavajato –sobornos masivos a presidentes en Latinoamérica de las empresas brasileñas Odebrecht y OAS–, estalló en paralelo el caso de los ‘cuellos blancos’, en el que se desmanteló una alianza corrupta entre el poder judicial, el Ministerio Público y grupos políticos como el partido aprista, de Fujimori, entre otros.

Gracias a ello, el grupo de fiscales dirigido por Rafael Vela inició procesos por presunto blanqueo de activos a los expresidentes Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, a la exalcaldesa, Susana Villarán, el exalcalde Luis Castañeda y la excandidata Keiko Sofía Fujimori.

El equipo judicial, que ha investigado a políticos de derecha e izquierda del que forma parte el fiscal Richard Rojas, incluyó a la «persona jurídica Partido Político Nacional Perú Libre»; al líder del partido Vladimir Cerrón y al primer ministro, Guido Bellido, por aparecer en más de una escucha legal donde busca recolectar 180.000 euros de fianza a favor de Vladimir Cerrón, por el proceso judicial en el que se le condenó por corrupción cuando fue gobernador regional de Junín entre 2011 y 2014.

«Para algunos somos héroes y para otros somos villanos. Nosotros no somos políticos, lo que hacemos es investigar a políticos que presuntamente han cometido graves casos de corrupción, lavado de activos vinculados a aparatos de gran criminalidad organizada. A ellos los enfrentamos con transparencia y con evidencia», dijo el fiscal Vela.

«El señor (Vladimir) Cerrón está en la cúspide de esa organización criminal. Esa es la hipótesis que se ha fijado dentro de la organización de lavado de activos, es decir, que el partido político (Perú Libre) se crea para ganar el poder, pero a la vez también para captar activos, de tal manera que hay un uso y una instrumentalización de la actividad política. Lo que no quiere decir que las adhesiones o los votantes hayan conocido de este tipo de actividades criminales previas», indicó Vela.

«La debilidad de los partidos políticos trajo consigo que se debiliten los lazos con el poder judicial y el Ministerio Público. El quiebre de los partidos trae consigo que ya no haya militantes políticos en la judicatura. El Apra es el ultimo partido que tuvo esa capacidad. Es por esa razón que la nueva generación no ha tenido temor de investigar a todos los políticos que han cometido actos de corrupción», declaró a ABC el Secretario General de Transparencia, Iván Lanegra.

«El caso ‘cuellos blancos’ limpia el cuerpo de la judicatura y hace que los actores judiciales puedan ser más independientes, pero ello no impide que los partidos políticos siguen cometiendo actos de corrupción. Desde fuera parece que se ha judicializado la política, lo que ha pasado es que los políticos han pensado que el poder político los blinda de ser procesados, pero el equipo especial de Vela demuestra que están equivocados de cabo a rabo», explicó Lanegra.

El primer ministro, Guido Bellido, es además de congresista, uno de los más allegados al líder de Perú Libre , Vladimir Cerrón, declarado marxista leninista, quien terminó imponiéndose ante el sector de moderados que buscaban un ‘premier’ de consenso ante una elección que polarizó a Lima y algunas ciudades de la costa frente a las ciudades en los Andes y la Amazonía peruana.