El peronismo, abocado al fracaso tras el abandono de Cristina Fernández de Kirchner

Los sondeos previos de última hora (prohibidos en Argentina) estrecharon el margen de diferencia entre los denominados «pre candidatos», pese a que la mayoría no competía con nadie en sus respectivos partidos. Incluso, se animaban a poner por delante a Bullrich, una apuesta personal de Mauricio Macri, cuyo futuro político, en primera instancia, empieza a determinarse por el escrutinio de ayer y con más certeza, en las elecciones legislativas verdaderas del 22 octubre donde se renueva la mitad del Congreso y un tercio del Senado. «Si la norma se mantiene, las PASO suelen ser un avance de lo que va a suceder», observaba la consultora Analía del Franco, refiriéndose a los cabezas de lista.

Con lo que estaba en juego, resultó desconcertante que Cristina Fernández de Kirchner y sus hijos no se molestaran en viajar a la provincia de Santa Cruz donde, en rigor, están empadronados y deberían haber votado aunque la expresidenta peronista se presentara por Buenos Aires, territorio sembrado, durante los doce años de kirchnerismo, de clientelismo a golpe de «planes» (subvenciones a fondo perdido), una práctica sin desterrar en este año y medio largo de macrismo.

El peronismo del Partido Justicialista (PJ) y la Unión Cívica Radical (UCR), históricos en Argentina, participaron de las PASO diluidos en coaliciones. El último en Cambiemos y el primero en el Frente Justicialista que llevaba como número uno a Florencio Randazzo , exministro de Cristina Fernández con porcentajes de apoyo que no alcanzaban los diez puntos. «El peronismo está de capa caída», insiste la titular de Analía del Franco Consultores. «El peronismo auténtico, el del PJ, se supone que votaba a Randazzo», observa antes de ofrecer un dato llamativo: «Roza el 50 por ciento de imagen positiva pero la gente, el sector medio, aunque le gusta no le vota... porque es peronista».

Las razones de la simpatía que despierta Randazzo, pese a no tener traducción en las urnas es que «le ven como el hombre que se ocupó de poner en condiciones los trenes, agilizar los trámites del DNI y el pasaporte (con oficina para hacerlos sobre la marcha en los aeropuertos) y sobre todo, con la firmeza para decir no a Cristina cuando nadie se animaba a llevarle la contraria», recuerda. Randazzo, durante un tiempo mano derecha de la viuda de Néstor Kirchner , fue vetado por su jefa para participar en las primarias presidenciales contra Daniel Scioli, el gran derrotado frente a Mauricio Macri en 2015. De premio de consolación la expresidenta le ofreció la candidatura a gobernador de Buenos Aires pero él la rechazó.En el PJ, hasta ayer, le miraban con atención por si fuera el elegido para unificar un peronismo atomizado que busca, sin éxito, «nuevos liderazgos», matiza Mariel Fornoni, de Management & Fit.

Perdido el peronismo en su laberinto, otro que ayer aguardaba paciente fue Sergio Massa (1País), exjefe de Gabinete de Cristina Fernández y versión moderna y con moderación del movimiento fundado el siglo pasado por el general Juan Domingo Perón. «Massa capta el voto más independiente, el del radicalismo y de Cambiemos», explica Del Franco. «Estaba fuera de la pelea Cristina versus Macri» y «era el que menos tenía que perder», matiza Fornoni.

En este escenario, el verdadero resultado de este simulacro general de votación lo dará hoy la cotización del dólar . El billete verde, refugio de los argentinos y reflejo del ánimo de los inversores, será un factor determinante para marcar la hoja de ruta que saldrá de este particular sondeo.