Ruido hasta el final

Trump finalmente ha rubricado esta decisiva legislación, pero no sin demostrar una vez más su extraordinaria capacidad para monopolizar la atención colectiva de un país como EE.UU., no carente en estos momentos de otras prioridades que satisfacer el insaciable ego del ocupante de la Casa Blanca hasta el 20 de enero . Después de haber estado ausente durante los excesivos meses dedicados a negociar un acuerdo bipartidista en el Congreso, Trump ha logrado acaparar unos cuantos ciclos informativos con la amenaza de un posible veto.

Lo terriblemente irónico de todo este ruido es que Trump ha utilizado argumentos absolutamente válidos: este paquete presupuestario se encuentra trufado de partidas que nada tienen que ver con la pandemia, y los cheques por valor de 600 dólares a distribuir entre los estadounidenses son claramente insuficientes. Sin embargo, al no haber actuado con diligencia e ignorar cómo funciona Washington, Trump no ha hecho más que demostrar su errático estilo de gobierno basado en la incompetencia radical.

Durante estos cuatro años, la anarquía y la falta de previsión han sido partes intrínsecas de la Casa Blanca de Trump. Dentro de un tono permanente de tensión , y con la excusa del ajuste de cuentas del nacional-populismo, su gobierno ha sido el equivalente a un maratón de telebasura. De no haber firmado este domingo la medida presupuestaria contra la pandemia, 14 millones de americanos habrían pedido el subsidio de desempleo y 10 millones habrían quedado expuestos al desahucio de sus hogares. Además de provocar un catastrófico cierre del gobierno federal por falta de fondos.