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El partido de Merkel rompe el tabú de pactar con la derecha radical

La propuesta de un miembro del partido es una muestra de la debilidad de la canciller

La canciller alemana, Angela Merkel (d), saluda al recién elegido jefe del grupo parlamentario conservador CDU/CSU, Ralph Brinkhaus (i) EFE
Rosalía Sánchez

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El primero en decirlo en voz alta ha sido el recién elegido presidente del grupo parlamentario del estado de Sajonia, Christian Hartmann , cargo de tercera fila de la CDU pero que jamás osaría posicionarse sin apoyos en la directiva. En una entrevista con la MDR, Hartmann se ha negado a descartar de antemano un pacto de gobierno con AfD, rompiendo así un tabú en el seno de la Unión Cristianodemócrata de Angela Merkel. «Un no sería una falta de respeto al electorado de Sajonia, que será quién tome la decisión el 1 de septiembre de 2019», ha dicho.

La secretaria general de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer , se ha visto obligada a desautorizar a toda prisa al político regional. «Nosotros somos un gran partido de centro, tenemos muy claras nuestras fronteras tanto a la derecha como a la izquierda», ha dicho, tras asegurar que «no habrá ni trabajo conjunto ni coalición de gobierno con AfD, es una decisión muy clara de la dirección federal». Lo que está por ver es si la dirección federal cuenta con el apoyo del partido, que sigue cayendo sin remedio en las encuestas.

De celebrarse elecciones este domingo, según el último sondeo del instituto demoscópico GMS, CDU/CSU obtendría un 27% de los votos, un 2% menos que hace dos semanas y marcando el menor dato desde 2002. La directiva se ha encontrado ya con una desagradable sorpresa en la elección del presidente del grupo parlamentario en el Bundestag, cargo del que ha sido descabalgado, tras 13 años en el puesto, Volker Kauder, un puntal de Merkel. Ahora, el coqueteo de Hartmann con AfD, que expresa un sentir silencioso y de dimensiones indeterminadas en el partido, golpea otro de sus apoyos fundamentales, el del Partido Socialdemócrata (SPD) en la gran coalición.

Protesta del SPD

El secretario general del SPD, Lars Klingbeil, ha protestado por el hecho de que «Hartmann haya quedado sin castigo». «Dejarlo así es inaceptable», ha dicho, «si AfD, que acompaña a los neonazis de Chemnitz, es considerado posible socio de coalición, es necesario que la canciller de un puñetazo sobre la mesa». Por eso la Fundación Konrad Adenauer estuvo ayer desbordada. En la única sala de Alemania en la que se tutea en público a la canciller, incluso secretarios de estado permanecieron de pie, sin plaza para sentarse, mientras Merkel, en lugar de « puñetazo sobre la mesa », hizo una loa a la democracia y a la unidad de Europa. «Hoy en el Bundestag, la oposición minoritaria ha ocupado el 50% del tiempo de debate, porque corresponde a la democracia la protección de las minorías», fue su alusión indirecta a AfD. Sus palabras no opacaron la realidad de un gobierno que se desmorona. «Gracias Angela», la despedía del podio de oradores el presidente de la Konrad Adenauer, Norbert Lammert, «y que este aplauso te sirva como un estímulo de ánimo en estos tiempos tan, tan difíciles».

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