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El pacto con Mélenchon confirma el hundimiento de los socialistas

El acuerdo del Consejo Nacional confirmó las divisiones y enfrentamientos de las distintas familias del PS

Jean-Luc Mélenchon en el Día del Trabajador Reuters
Juan Pedro Quiñonero

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El acuerdo entre La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista), el partido de Jean-Luc Mélenchon, y la dirección del PS ha convertido el socialismo francés en un campo de ruinas donde se enfrentan varias «familias» irreconciliables.

Tras cinco horas de debates muy duros, los 300 miembros Consejo Nacional (CN), aprobaron a muy primera hora de la madrugada del viernes el acuerdo de la dirección para participar en la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES), con LFI, el PCF y los Ecologistas.

Tras una crítica feroz de Anne Hidalgo , candidata derrotada en la primera vuelta de la elección presidencial, Olivier Faure, primer secretario del PS, justificó el acuerdo «para unir a la izquierda y evitar que progrese la extrema derecha». Laurent Baumel, uno de los negociadores del acuerdo comentó: «A través de este voto elegimos entre el fin de una historia y el principio de otra historia».

En el bando adverso, menos lírico, Hubert Védrine, secretario general del Elíseo con François Mitterrand, había resumido la situación de este modo: «El PS de Mitterrand se ha acabado». François Hollande, ex presidente, había sentenciado: «Este cuerdo significa que el PS ha decidido desaparecer».

El acuerdo del Consejo Nacional confirmó las divisiones y enfrentamientos de las distintas familias socialistas: la dirección actual del PS; las personalidades históricas que participaron en la epopeya de la construcción del Partido, en el Congreso de Epinay, en 1971; los militantes de muy distintas sensibilidades, los diputados electos, los alcaldes y responsables socialistas en regiones y departamentos.

Por vez primera en la historia de las izquierdas francesas, el PS es un partido minoritario, que debe aceptar la disciplina impuesta por un partido de extrema izquierda que ha defendido la desobediencia de las leyes y tratados de la Unión Europea (UE), la salida de la Alianza Atlántica y las relaciones «fraternales» con países caribeños y «bolivarianos».

Gérard Grunberg, especialista en la historia del socialismo francés, comenta la coyuntura de este modo: «El acuerdo entre la dirección del PS y Mélenchon es un acuerdo histórico que firma el fin del Partido Socialista que nació en el congreso de Epinay, con Mitterrand al frente. Desde hace un tiempo, el PS actual estaba moribundo. Hoy está muerto».

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