Los otros de «Little Havana»
Los otros de «Little Havana»
Florida, con una quinta parte de población hispana (un tercio de la cual es cubano-americana), y donde las encuestas muestran de nuevo una cerrada lucha entre los dos candidatos (apenas cuatro puntos de ventaja para Obama), puede ser una vez más no sólo un ... Estado decisivo para designar al inquilino de la Casa Blanca, sino, también, para definir la política estadounidense hacia Cuba.
Sus tres legisladores de origen cubano -los tres, republicanos- en la Cámara de Representantes, estandartes del sector duro del exilio, ven peligrar sus puestos en los comicios distritales que se celebran paralelamente a las elecciones a la Presidencia.
Los tres congresistas en ejercicio representan a la oposición más dura con el régimen castrista (Ileana Ros-Lehtinen ha llegado a solicitar públicamente el asesinato de Fidel). Sus oponentes demócratas ofrecen una imagen más moderada e, incluso, son partidarios de aligerar la presión sobre el Gobierno de La Habana, secundando a organizaciones como la Fundación Nacional Cubano Americana, Movimiento Democracia o Agenda Cuba que solicitaron al Gobierno federal la suspensión temporal de las restricciones de viajes y envío de remesas a Cuba tras el reciente paso de los ciclones «Ike» y «Gustav».
Un electorado rejuvenecido
Las actuales opciones de victoria demócrata reflejarían el rejuvenecimiento del electorado, menos influido ideológicamente que los inmigrantes que llegaron por oleadas desde los años posteriores al triunfo de la Revolución (1959) hasta la crisis de Mariel (1980).
El número de latinos se ha más que duplicado en Florida desde 1990 y el 83 por ciento de los nuevos votantes ya han nacido en EE.UU. Según un sondeo de Pollstar, el 48 por ciento de los electores cubano-americanos menores de 45 años apoya a Obama, mientras que el 73 por ciento de quienes superan esa edad votarían por McCain.
Sin embargo, una encuesta de Bendixen levantada entre los hispanos que se acogieron al voto anticipado señala que el senador por Arizona obtuvo el 53 por ciento de los votos, frente al 47 por ciento de apoyos que lograba el senador por Illinois. El apoyo de los cubanos a McCain se elevaba al 63 por ciento.
Ileana Ros se convirtió, en 1989, en la primera mujer hispana que llegaba al Capitolio. Hoy, a sus 56 años, es la más antigua congresista en activo. Su representación del Distrito 18 (sureste de Miami y los Cayos, con 63 por ciento de población hispana) es puesta en jaque por la aspirante demócrata Annette Tadeo, presidenta del Consejo Nacional de Mujeres Empresarias y nacida en Colombia hace 41 años.
Aunque los sondeos auguran que Ros va a conservar su cargo (le otorgan unos 15 puntos de ventaja, pero con tendencia decreciente), difícilmente repita los resultados de los tres últimos comicios, en los que prácticamente duplicó el porcentaje de votos de sus contrincantes.
Peor lo tienen los hermanos Lincoln y Mario Díaz-Balart, hijos de Rafael Díaz Balart, quien fuera ministro del Interior durante el régimen de Fulgencio Batista. Lincoln, de 54 años, representa al Distrito 21 (Hialeah y Kendall, con 70 por ciento de hispanos) desde 1993. Ahora se enfrenta a Raúl Martínez, de 59 años y ex alcalde de Hialeah, un político muy popular y bien valorado en ese municipio. En las anteriores consultas Díaz Balart obtuvo márgenes de 19 y 45 puntos sobre sus rivales (en 2002 ni siquiera tuvo oposición); ahora, la encuesta de Daily Kos le da un punto de ventaja, mientras que la de Survey USA lo sitúa dos por debajo de Martínez.
Igual de complicado lo tiene Mario Díaz-Balart (47 años), que se disputa el Distrito 25 (oeste del condado de Miami Dade y los Everglades, 62 por ciento de población hispana) con el demócrata Joe García (45 años), ex director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana. Díaz-Balart fue elegido congresista en 2002 con 30 por delante de su adversario. La media de los sondeos le da ahora apenas 3 puntos de ventaja, después de una campaña agresiva y poco limpia, plagada de acusaciones mutuas.
La crisis de fondo
En abril, Joe García llegó a un acuerdo de financiación con Charles B. Rangel, congresista por Nueva York desde 1971 que se ha entrevistado en varias ocasiones con Fidel Castro y apoya que los estadounidenses puedan viajar a Cuba y realizar negocios en la isla. Mario Díaz-Balart denunció entonces que García defiende un programa de extrema izquierda. Éste, por su parte, acusó al primero de votar en dos ocasiones contra el plan de rescate para Wall Street por valor de 700.000 millones de dólares, que el demócrata considera una «necesidad imperiosa, debido a la terrible crisis de ejecuciones hipotecarias en el sur de la Florida».
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