La disidencia cubana recuerda la muerte de Orlando Zapata un año después
Opositores al régimen denuncia persecución policial para evitar las protestas en las calles y los actos de homenaje
agencias
El aniversario de la muerte del disidente cubano Orlando Zapata Tamayo se ha convertido en un día clave para la disidencia cubana y un quebradero de cabeza para el régimen, que intenta evitar cualquier acto de homenaje al preso fallecido.
El fallecimiento de Zapata activó ... un proceso de excarcelaciones aún en curso, se ha convertido en uno de los principales símbolos de la disidencia. La víspera de este aniversario varios disidentes destacaron a Efe la significación de la fecha y dijeron que el "sacrificio" de Zapata "no ha sido en vano" al haber aumentado la atención sobre la causa de los presos políticos, si bien denuncian que la situación de los derechos humanos en Cuba no ha mejorado.
Se espera que el miércoles la familia de Orlando o las Damas de Blanco, entre otros disidentes, intenten conmemorar el aniversario, en un ambiente de vigilancia y "represión calibrada y preventiva", según dijo a Efe Elizardo Sánchez, portavoz de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN). "No cabe esperar nada demasiado visible o ruidoso", en opinión de Sánchez, aunque dijo que en los últimos días han continuado las detenciones temporales de disidentes en varios puntos de la isla.
Reina Luisa Tamayo, la madre de Orlando Zapata, explicó que toda la familia "espera poder llegar" el miércoles al cementerio de Banes (provincia de Holguín, este) para rezar, hacer un minuto de silencio, y gritar "Zapata vive". "Han cerrado y amenazado de tal manera a la oposición interna que nadie ha podido llegar a mi casa para estar junto a nosotros en este día", afirmó, tras denunciar que desde hace 10 días hay un "fuerte operativo" de la seguridad en la localidad.
De albañil a mártir de la disidencia
Orlando Zapata Tamayo, un albañil de 42 años condenado en la ola represiva de marzo de 2003, murió en un hospital de La Habana el 23 de febrero del año pasado tras una huelga de hambre de 85 días en la cárcel con la que pedía ser tratado como prisionero de conciencia. Amnistía Internacional le reconocía esa condición, mientras que para el régimen cubano era un delincuente común que "adoptó un perfil político cuando ya su biografía penal era extensa".
La muerte de Zapata Tamayo desató una fuerte oleada de críticas contra el régimen cubano, tanto internacionales (sobre todo de Estados Unidos y Europa) como de la disidencia, al considerar que era una muerte evitable: incluso algunos opositores la califican hoy de "homicidio de Estado".
El "caso Zapata" derivó en semanas de creciente tensión en Cuba, donde aumentaron las protestas de disidentes - como la huelga de hambre de Guillermo Fariñas o las marchas de las Damas de Blanco- mientras el Gobierno denunciaba una "increíble" operación mediática internacional en su contra. Cuatro meses después de su muerte y tras la mediación de la Iglesia Católica, el Gobierno de Cuba se comprometió a liberar a los 52 opositores que quedaban en la cárcel del llamado Grupo de los 75 (todos considerados prisioneros de conciencia).
Cuarenta de ellos han sido excarcelados con la condición de irse a España, seis que se negaban al exilio también han salido de prisión y se han quedado en Cuba, y queda pendiente la liberación de otros seis. Un año después de su muerte, Orlando Zapata es considerado como un "héroe" y un "mártir" por muchos opositores como Fariñas, psicólogo y periodista independiente, o Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco (familiares de presos políticos). "Existe un antes y un después de su muerte", coincidieron ambos en declaraciones hoy a Efe.
Fariñas, Premio Sájarov 2010 por la larga huelga de hambre que comenzó en homenaje a Zapata y para pedir la libertad de los presos políticos, destacó que "a veces los hombres más humildes son los que hacen la historia" y que en este caso un "simple albañil", negro y del oriente del país "comenzó esta etapa final del Gobierno de los Castro".
Otro disidente, Óscar Espinosa, preso de conciencia de los 75 que salió de la cárcel con licencia especial por motivos de salud, significó la "enorme magnitud" de la contribución de Zapata Tamayo, cuya muerte supuso un "aldabonazo" en la causa de los prisioneros políticos.
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