La «operación Medusa» acaba con más de 200 talibanes en el sur de Afganistán
ABCKANDAHAR. Más de 200 supuestos rebeldes talibanes han muerto desde que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), con mandato de la OTAN, pusiera en marcha la
Más de 200 supuestos rebeldes talibanes han muerto desde que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), con mandato de la OTAN, pusiera en marcha la «operación Medusa», destinada a expulsar a cientos de insurgentes que se instalaron el pasado mes de mayo en el área de Panjwayi. A causa de ésta operación, también resultaron muertos cuatro soldados de la ISAF.
«Los informes indican que más de 200 talibanes han sido muertos desde que se inició la «operación Medusa» en la mañana del sábado, cifra que se ha calculado revisando información de vigilancia y reconocimiento de activos que operan en los distritos de Panjwayi y Zhari, además de información de oficiales y de ciudadanos afganos», afirmaba ayer un comunicado de la Fuerza Internacional. «Durante la operación de ayer, cuatro soldados de la ISAF resultaron muertos y otros siete heridos, de los cuales seis regresarán a sus puestos en los próximos días», añadía el escrito. Según la nota, más de 80 supuestos talibanes han sido capturados por la Policía afgana y otros 180 han huido de la zona, mientras que por el momento no se han registrado bajas entre la población civil.
La «operación Medusa» es la mayor ofensiva de la OTAN en el sur de Afganistán y moviliza a 2.000 soldados de la Alianza Atlántica y a fuerzas de Seguridad afganas en el distrito de Panjwayi, en la provincia de Kandahar, feudo histórico de los talibán donde la ISAF pretende, además de expulsar a los insurgentes, lograr el regreso de personas desplazadas por los incesantes combates.
En cuanto a las cuatro bajas de la ISAF durante la operación, el comandante de las fuerzas de la OTAN en el sur de Afganistán, el general David Fraser, confirmó ayer que se trata de cuatro soldados canadienses.
Catorce muertos
Londres mantiene la tesis del accidente para explicar el caso del avión de reconocimiento que se estrelló el sábado, en el que murieron catorce militares británicos en el sur de Afganistán. Estaban adscritos a la «operación Medusa». «Todo indica que se trata de un trágico accidente», declaró el ministro de Defensa Des Browne.
Se cree que un «fallo técnico» fue la causa del siniestro, aunque el supuesto portavoz de los talibanes afganos, Qari Yusaf Ahmadi, lo atribuyó a una acción de la insurgencia. En declaraciones al programa «Sunday» de la BBC, Browne destacó que los talibanes «regularmente hacen afirmaciones que no son ciertas», como ya han mentido «en el pasado» sobre lo que están haciendo las tropas británicas en algunas comunidades afganas. «Desde el primer momento en que nos enteramos del incidente, los indicios fueron muy claros y apuntaban a que se había tratado de un trágico accidente», indicó el titular de Defensa.
Según el dominical The Sunday Times, el aparato estaba interceptando comunicaciones de los talibanes y enviando imágenes en tiempo real de lo que ocurría sobre el terreno. El aparato, un avión de reconocimiento Nimrod MR2 de la Real Fuerza Aérea Británica (RAF), estaba dotado con algunos de los sistemas de comunicaciones y vigilancia más sofisticados y secretos, tenía capacidad para volar durante diez horas sin repostar y podía transportar hasta 25 personas.
El primer ministro británico, Tony Blair, envió ayer sus condolencias a las familias y destacó la «misión vital» que desarrollan las tropas en Afganistán.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete