Ollanta Humala sufre las primeras revueltas sociales en Perú

Estos peruanos, que viven principalmente de la agricultura y la ganadería, temen perder las reservas de agua en varios municipios. El conflicto amenaza con crecer y pone a prueba al Gobierno de Humala, que apoya la ejecución de Minas Conga , un proyecto de unos 4.800 millones de dólares (3.624 millones de euros) de la estadounidense Newmont .

Decenas de habitantes entraron sin permiso en las instalaciones de Minas Conga. La Policía y los guardias privados intentaron desalojarlos, lo que enardeció aún más a los manifestantes. «Hay un herido con bomba lagrimógena en el intento de la Policía de desalojarlos», señaló a Reuters Wilfredo Saavedra, presidente del llamado Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca.

Los manifestantes han bloqueado el acceso al campamento y se han agrupado cerca para retomar la protesta, pese a que Humala pidió el jueves por la noche que mantuviesen la calma y les ofreció su garantía de que las comunidades no perderán su acceso al agua.

Minas Conga es considerado clave para la industria minera peruana, pero se ha convertido en el blanco de una ola de protestas por parte de ecologistas, habitantes y trabajadores. Al menos unos 2.000 manifestantes -algunos a caballo- permanecieron el jueves durante varias horas en Minas Conga, quemaron un almacén de plásticos, destruyeron casetas de vigilancia y apedrearon módulos del proyecto.

El mineral se encuentra debajo de cuatro lagunas y la compañía planea trasvasar sus aguas en tres de ellas. Los manifestantes temen que el plan afecte a las fuentes y filtraciones naturales de agua en la zona. Minas Conga, en la que también participa la empresa peruana Buenaventura, cuenta con un estudio de impacto medioambiental aprobado por el Gobierno. Según los planes de la compañía, comenzaría a operar desde 2014.

Newmont y Buenaventura trabajan en Cajamarca en la mina de oro Yanacocha, una de las mayores productoras de Iberoamérica. En 2004, Yanacocha abandonó la exploración de su proyecto Cerro Quilish en Cajamarca, después de las protestas de las comunidades por sus temores respecto al abastecimiento de agua.