Oleada de violencia en Gaza mientras Hamás afirma que boicoteará las elecciones
En términos de parte de guerra se saldó anoche la abrumadora manifestación de fuerza que decenas de miles de leales al presidente palestino, incluida toda su guardia personal -compuesta por unos 4.000
En términos de parte de guerra se saldó anoche la abrumadora manifestación de fuerza que decenas de miles de leales al presidente palestino, incluida toda su guardia personal -compuesta por unos 4.000 efectivos, y respaldada por el brazo armado de su partido Al Fatah, las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa-, protagonizaron en las calles de la franja de Gaza para reforzar la toma desde por la mañana de los ministerios de Agricultura y Transportes de Hamás, y para blindar la residencia de Mahmud Abbás. Precisamente en la residencia del presidente palestino, que se mantiene en sus oficinas de Ramala, impactaron ayer dos proyectiles de mortero que destruyeron el helipuerto e hirieron a dos agentes de la seguridad presidencial.
Encolerizados por el despliegue, los islamistas, decididos a proteger su Gobierno por la fuerza, iniciaron una ofensiva contra los francotiradores de la «Fuerza 17» situados en los tejados y los milicianos de la facción rival, que desembocó en una nueva batalla, en la que se registraron al menos diez heridos de bala. Una estudiante de 19 años de la Universidad de Al Azhar, Hiba Masbah, caía abatida poco antes en medio de los enfrentamientos abiertos en el centro de la ciudad.
Acción, reacción
Un mensaje del primer ministro, Ismail Haniyeh, asegurando a media mañana que su partido, Hamás, no participará en las elecciones adelantadas anunciadas apenas 24 horas antes por el presidente Abbás, contribuía a espolear los ánimos en la franja de Gaza. «Un discurso así no puede servir para unificar (a los palestinos). Ridiculizó a la resistencia palestina y eso es una provocación y una vuelta a los combates», advirtió el líder, que no obstante insistió en que «la batalla de nuestro pueblo no es interna, sino contra la ocupación».
El gran choque habido ayer era prácticamente inevitable desde que, en torno a las cinco de la madrugada, un comando, presumiblemente de Hamás, asaltara violentamente un cuartel de entrenamiento de la guardia presidencial, provocando la muerte de un oficial además de cuatro heridos.
En respuesta, el convoy del ministro de Asuntos Exteriores, Mahmud Al-Zahar, uno de los principales líderes islamistas en la franja de Gaza, fue tiroteado horas después, aunque sin causar víctimas, en una acción que un portavoz de Hamás adjudicó a Al-Fatah.
El ataque se producía a la salida de Al-Zahar de su despacho, abonando la teoría que apunta a las intenciones de las facciones de liquidar a dirigentes del grupo rival, una dinámica que ya se habría iniciado con el intento de asesinato del primer ministro del Ejecutivo de Hamás, Ismail Haniye, y tendría como siguiente blanco al ex titular de Seguridad de Al-Fatah, Mohammed Dahlan. Contra quien, según fuentes de Gaza, el consejo supremo de los islamistas, Majlis al-Shura, ha emitido una sentencia de muerte. El propio Zahar, sobrepuesto ante el intento de asesinato, era quien denunciaba ayer que su Gobierno de Hamás estaba siendo objeto de «un golpe militar».
Anoche, los grupos armados palestinos, entre ellos Hamás y Al Fatah, llegaron a un acuerdo de alto el fuego, según informó la agencia de noticias «Maan» citando fuentes palestinas que median entre las facciones enfrentadas. La misma agencia informó del secuestro y asesinato de un coronel de Al Fatah.
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