Ofensiva total contra los talibanes a ambos lados de la frontera
Ofensiva total contra los talibanes a ambos lados de la frontera. Los marines y las fuerzas de la OTAN se centran en la provincia afgana de Helmand, y el Ejército paquistaní se emplea a fondo en la zona tribal por medio de la operación Rah- ... e-Nijat, cuyo objetivo final es acabar con el gran líder local en Waziristán del Sur, Baitulá Mehsud. La cooperación americana a través de los aviones no tripulados ha vuelto a quedar patente y al menos once personas perdieron la vida tras un nuevo ataque contra un campo de entrenamiento de militantes en esta incontrolable agencia del cinturón tribal.
“No hay otro remedio. El Gobierno se enfrenta a la rebelión en toda regla de Tehrik-e-Talibán Pakistán (TTP), un desafío claro a su autoridad. La agenda de Baitulá Mehsud consiste en crear el caos en el país a través de ataques directos al aparato de seguridad y a los cargos públicos. O se acaba con él, o su influencia irá creciendo”, asegura el analista Imtiaz Gul, director del Centro para la Investigación de Estudios de Seguridad, el primer think-tank independiente de Pakistán.
El cerco sobre Mehsud se estrecha, pero los intereses de americanos y paquistaníes son diferentes sobre el papel. Mientras Washington quiere acabar en primer lugar con los elementos que actúan en suelo afgano, Islamabad insiste en que sólo pretende actuar contra aquellos talibanes que ponen en peligro su estabilidad. “Podemos hablar de dos grandes grupos , por un lado el formado por la red de TTP y por otro el de la red Haqqani . Los primeros tienen una fuerte motivación política y sitúan entre sus objetivos a las Fuerzas de Seguridad de Pakistán, pero los segundos se centran en la yihad afgana y no suelen actuar en este lado de la frontera. Incluso cooperan hasta cierto punto con Islamabad”, destaca Gul.
Dos redes con objetivos diferentes que, sin embargo, comparten su respeto y obediencia hacia el mítico mulá Omar y colaboran estrechamente con Al Qaida, según los expertos.
Islamabad pretende sembrar la desunión entre los líderes tribales para evitar que respalden a Mehsud, pero de momento no lo está logrando y algunos de los considerados “amigos”, como Hafiz Gul Bahadar, ya han atacado a las tropas.
“En marzo de 2004 el Ejército perdió a dos mil hombres en apenas 48 horas y tres años más tarde volvió a sufrir otra severa derrota tras dos semanas de combates. En total hemos contabilizado 125 operaciones desde 2004, todas ellas fracasadas”, recuerda Gul, que espera que en esta ocasión las cosas sean diferentes y que “con la estrecha colaboración militar americana” se puede acabar de una vez por todas con el denominado “santuario” de la insurgencia.
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