Obama sí recibe ataúdes

Obama, en el momento de recibir los ataúdes de los últimos 18 soldados muertos en Afganistán / AP

Mientras sus conciudadanos dormían más o menos en paz, el presidente de Estados Unidos pasó la triste noche del miércoles al jueves en la base aérea de Dover. Situada a unos 160 kilómetros de la Casa Blanca, esas instalaciones cuentan con uno de los mayores ... centros funerarios del Pentágono y sirven como punto de entrada oficial para los ataúdes procedentes de lejanos frentes bélicos.

En un gesto solemne -sin previo aviso pero en vísperas de su esperada primera gran decisión a título de comandante en jefe- Barack Obama fue a recibir por primera vez a los cadáveres de quince militares y tres agentes federales anti-narcóticos muertos en Afganistán durante octubre. Mes que se ha convertido en el más sangriento para el Pentágono con al menos 55 bajas mortales tras ocho largos años de conflicto con un enemigo cada vez más crecido.

La llegada de féretros con caídos en acto de servicio, conocida en la jerga castrense de Estados Unidos como "transferencia dignificada", se había mantenido bajo secreto en Estados Unidos desde la guerra de Kuwait. Pero ha sido la Administración Obama la que ha decidido arrojar algo de luz sobre el verdadero coste de conflictos bélicos, siempre con el permiso de los familiares.

Durante la ceremonia cuidadosamente coreografiada, los ataúdes fueron descargados de un avión de carga C-17. Sin discursos ni desfiles, Obama se unió al silencioso saludo militar, interrumpido únicamente por precisas órdenes y el responso pronunciado por el comandante Richard S. Bach, capellán de la Fuerza Aérea. Con antelación, el presidente visitó la capilla de la base y pudo reunirse con las familias destrozadas.

Todo hace indicar que el antiguo candidato anti-guerra y ahora presidente se dispone a enviar más tropas al frente de Afganistán, pese a la impopularidad creciente de esa guerra ante la opinión pública Estados Unidos. Las últimas especulaciones en Washington insisten en que la Casa Blanca se inclina por enviar refuerzos sustanciales. Pero no todas las fuerzas solicitadas por el general McChrystal.

Aunque todavía no parece haberse fijado un número concreto de tropas adicionales, el esfuerzo militar que estaría dispuesto a realizar la Administración Obama no llegaría en ningún caso a los 44.000 soldados solicitados bajo la advertencia pública de una derrota a corto plazo en Afganistán.

La opción considerada por la Casa Blanca ha sido bautizada ya como "McChrystal Light", acompañada por el reconocimiento tácito de que los talibanes van a seguir controlando parte del territorio afgano. Ya que resulta imposible eliminar a ese sector integrista como fuerza militar y política, por muchas tropas y material que el Pentágono destine a Afganistán.

Dentro de sus intensas deliberaciones, criticadas por los republicanos como en exceso dubitativas, el presidente tiene previsto reunirse hoy viernes con la Junta de Jefes de Estados Mayor. Institución que a través de su máximo responsable militar, el almirante Mike Mullen, ha respaldado la necesidad de enviar más tropas para recobrar la iniciativa perdida.

Esa será la última de las siete reuniones al máximo nivel convocadas por la Casa Blanca para replantearse la guerra en Afganistán. Aunque en Washington no se anticipa un anuncio de decisión hasta después de la forzada vuelta electoral para decidir la presidencia del gobierno de Kabul. Cita convocada para el próximo 7 de noviembre tras el descubrimiento de abundantes indicios de fraude en los comicios presidenciales celebrados el pasado 20 de agosto.

Como parte del proceso de toma de decisiones, el presidente ha solicitado un análisis de las 34 provincias de Afganistán para determinar qué regiones pueden ser dirigidas efectivamente por líderes locales y cuáles requieren de asistencia internacional. Según el "Washington Post", Obama solicitó el lunes ese estudio después de reunirse con un pequeño grupo de asesores, incluido el vicepresidente Biden considerado como defensor de un recorte sustancial de los esfuerzos militares de EE.UU. en el frente afgano.

El secretario de Defensa, Robert Gates, y el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, James Jones, estarían exigiendo al general McCrystal las justificaciones más precisas posibles para su solicitud de 44.000 tropas adicionales. Actualmente, entre tropas del Pentágono y de la OTAN, McCrystal cuenta con unos 100.000 efectivos. Aunque Estados Unidos empieza a anticipar una retirada de países aliados para el 2010.

Se entiende que para sustentar una amplia campaña de contra-insurgencia, al menos la mitad de los refuerzos solicitados a la Casa Blanca sería dedicada a combatir los santuarios talibanes establecidos en el sur de Afganistán. El resto se concentraría en la zona occidental y aumentaría las difíciles operaciones en la montañosa zona este. Con una brigada a cargo del entrenamiento de fuerzas de seguridad locales.

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