El nuevo jefe del ala oeste de la Casa Blanca

El presidente electo ficha como guardián del despacho oval a un amigo de Chicago, hijo de un inmigrante israelí y feroz activista del Partido Demócrata

El nuevo jefe del ala oeste de la Casa Blanca

En Estados Unidos, toda candidatura presidencial empieza con una caravana de un solo coche por Iowa o New Hampshire. Y todo gobierno empieza por organizar el ala oeste de la Casa Blanca, allí donde el despacho más grande, sin contar el del presidente, corresponde al ... jefe del gabinete.

Para ese puesto decisivo, equivalente a ministro de la presidencia, Obama ha recurrido a Rahm Emanuel, un amigo de Chicago, alumno aventajado en la trastienda ejecutiva de la Administración Clinton y feroz activista del Partido Demócrata. Hasta el punto de ser conocido con el sobrenombre de «Rahmbo».

Este judío ortodoxo de 49 años, hijo de un inmigrante israelí, ha confirmado ayer que aceptará la oferta de Obama para uno de los trabajos más exigentes de Washington. Con los consiguientes sacrificios colaterales para su esposa y tres hijos, ya que el jefe de gabinete de la Casa Blanca en su papel de «power broker» y controlador de acceso al despacho oval tiene una jornada de trabajo que suele implicar el levantarse horas antes que el presidente e irse a la cama horas después.

«West Wing»

En la actualidad, Emanuel ocupa un escaño en la Cámara de Representantes federal por Chicago y ha sido responsable del equipo que orquestó la victoria del Partido Demócrata en las legislativas del 2006. Precisamente en el Congreso es donde se ha ganado una reputación de agresiva dureza glandular. Entre las muchas historias asociadas con Emanuel figura el envió a un adversario político de una caja con un pez muerto, al estilo de «El Padrino». Estilo que contrasta con sus estudios de ballet cuando era niño.

Sin salir de la cultura de masas, se supone que Rahm Emanuel ha sido la inspiración para el personaje Josh Lyman, subjefe de gabinete en la serie de televisión «El ala oeste de la Casa Blanca». Por supuesto, sus colegas republicanos en la Cámara Baja han sido los primeros en cuestionar este nombramiento. Según ha indicado el líder conservador John Boehmer, la decisión de Barack Obama «es una opción irónica para un presidente electo que ha prometido cambiar Washington, hacer más civilizada la política y gobernar desde el centro».

Al reflexionar sobre su estilo, en las antípodas de la imagen cultivada por Obama, el propio Rahm Emanuel ha llegado a comentar que «algunas mañanas yo también me levanto odiándome». Aunque según han matizado algunos demócratas, «Rahmbo» es la opción perfecta para jugar a buenos y malos durante el reto que supone conjugar la política y el gobierno.

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