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La nueva vida de un comandante talibán: de ordenar atentados suicidas a jefe de policía en Kabul

Mawlawi Zubair Mutmaeen está ahora a cargo de la seguridad de un distrito de la capital: «Antes servía al islam, y ahora también. No veo la diferencia», afirma a ‘The Wall Street Journal’

Combatientes talibanes en una comisaría de policía de Qala-e-Now Afp

ABC

Mawlawi Zubair Mutmaeen , un comandante talibán a cargo de pelotones de terroristas suicidas en Kabul , es ahora un jefe policial del nuevo régimen de Afganistán a cargo de la seguridad en un distrito de la capital.

Pero a juicio de Mutmaeen, de 39 años y con turbante y barba negros, el cambio tampoco es muy grande: antes los estadounidenses y los afganos que trabajaban con ellos eran objetivos legítimos para los talibanes en su lucha por conseguir una auténtico orden islámico, y ahora su labor policial en la comunidad sirve al mismo objetivo, sostiene. «Previamente yo servía al islam, y ahora también estoy sirviendo al islam. No hay diferencia», afirma en declaraciones a ‘The Wall Street Journal’.

Este diario estadounidense recoge una de las tareas a las que se dedica ahora el antiguo comandante: la mediación en una disputa marital. Una mujer vestida con un burka , relata, se quejaba de que ya no podía vivir con su suegra entrometida. Claramente acostumbrado a estar al mando, Mutmaeen le indicó al marido que, según la ley islámica, debía proporcionar a su esposa «refugio y otras necesidades básicas». La solución del ahora jefe policial fue que la madre se trasladara a la casa de su otro hijo. Tras persuadirlo un poco, el marido accedió a regañadientes.

Sin salario ni adiestramiento

Los talibanes reconvertidos en agentes de policía, explica ‘The Wall Street Journal’, no reciben un salario ni adiestramiento para sus nuevas funciones. No está claro qué normas se encargan de hacer cumplir aparte de la ‘ sharía ’, la ley islámica.

El código penal de la república afgana que apoyaba EE.UU., derogada por el nuevo ‘emirato’ islámico el pasado 15 de agosto, puede aplicarse o no, y los talibanes aseguran que su objetivo es volver a la constitución de 1964, en la era del rey Zahir Shah, salvo las cláusulas que consideren que se contradicen con el islam.

La ley islámica derivada del Corán y de los dichos y hechos del profeta Mahoma , abarca tanto los casos penales como los civiles, así como la conducta moral, e incluye duras penas para delitos menores, como azotar por adulterio y cortar una mano por robo. En su anterior etapa en el poder, entre 1996 y 2001, los talibanes atrajeron la atención mundial por aplicar este tipo de castigos. La mayoría de los países de mayoría musulmana hoy en día no los aplican, recuerda el citado diario.

Los talibanes, un grupo guerrillero con decenas de miles de combatientes, gobernaban únicamente áreas rurales remotas hasta este año y los soldados de infantería no recibían un pago formal, si bien obtenían ingresos irregulares a través de los botines de guerra. Los combatientes señalan que fueron apoyados por otros miembros de la familia que tenían un empleo remunerado.

Ahora que la guerra ha terminado, los talibanes tienen que encontrar la manera de incorporar a estos hombres a la nómina del gobierno, en un momento en que las arcas de la Administración afgana están vacías, la mayor parte de la ayuda exterior está suspendida y unos 9.000 millones de dólares en activos del banco central afgano se encuentran congelados.

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