La nueva cara de la ocupación en Irak
Salen las tropas, pero Estados Unidos afianza la presencia de sus diplomáticos y agencias de inteligencia en su Embajada más grande del mundo
Mejora en la seguridad
“Bagdad será un lugar mejor cuando el miedo sea menos palpable, cuando los políticos puedan salir a la calle con menos de veinte hombres de escolta, cuando aquellos que vienen a hablarnos de democracia y paz no corran a esconderse tras los muros de ... la Zona Verde”. Así ven los periodistas iraquíes que escriben a diario el blog Inside Iraq la presente situación en una capital en la que decenas de carreteras y puentes siguen cerrados y 260 checkpoints siguen vigentes por motivos de seguridad. Esta semana el Museo Nacional ha reabierto sus puertas y parte de sus tesoros vuelven a estar expuestos al público, una de las pocas noticias positivas que sale de un Irak que ha ido desapareciendo de la agenda de internacional de los medios según ha ido descendiendo un grado de violencia que se sitúa hoy en las cotas más bajas de los últimos cinco años. El plan del General David Petraeus de armar y pagar a las milicias suníes que durante años combatieron contra sus hombres, consiguió detener la sangría, pero todos los analistas coinciden en señalar que la actual mejora no ofrece demasiadas garantías. De momento, las fuerzas de seguridad locales cuentan con más de medio millón de efectivos, pero los americanos seguirán con su entrenamiento hasta su salida en 2010, y esta formación puede ser la tarea principal de los “35.000 o 50.000 efectivos”, según Obama, que permanezcan después de esa fecha.
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