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«Nuestra labor no implica dar papeles ni abrir las puertas a todos»

El presidente de Médicos Sin Fronteras, David Noguera, le cuenta a ABC la última hora del Ocean Viking, que espera llegar a un puerto seguro y que no parece contar con el mismo recibimiento que le dio el Gobierno al anterior barco de la ONG, el Aquarius

David Noguera posa para ABC en Valencia, tras la llegada del Aquarius, en junio del año pasado ROBER SOLSONA
Josefina G. Stegmann

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Poco más de un año ha pasado desde que David Noguera, presidente de Médicos Sin Fronteras, se paseara inquieto por el puerto de Valencia, bajo un sol abrasador a la espera de que atracara el Aquarius, con 629 inmigrantes a bordo.

Su rostro, ahora desanimado y sin bronceado, vuelve a aparecer en los medios porque otro barco de Médicos Sin Fronteras, el Ocean Viking , con 356 personas a bordo, espera llegar a puerto seguro. Sin embargo, esta vez no ha tenido, al menos de momento, el visto bueno del mismo Gobierno que en junio del año pasado les dio la bienvenida.

Mucho ha llovido entre un suceso y otro, con la tormenta en medio del Open Arms que finalmente atracó en Lampedusa el pasado martes. «El gobierno ha sido mediocre. La inconsistencia de su política desde la llegada del Aquarius ha sido evidente», sentencia Noguera que diferencia su organización de la de Open Arms: «Open Arms y Médicos sin Fronteras son diferentes. Ellos se dedican a los rescates, nuestras operaciones en el mar representan el uno por ciento, el 99 restante está en los sitios donde se generan los problemas, como zonas en conflicto, con epidemias o hambruna».

¿Cuál es la última hora del Ocean Viking?

Estamos a la expectativa de un puerto, gestionando a 350 personas. Cada día que pasa se agrava la situación. Tenemos un par de enfermos complicados y la situación no debería alargarse hasta que llegue un fiscal italiano a decir que las condiciones son insalubres.

El ridículo con el Open Arms, por parte de las autoridades competentes, incluida la española, ha sido total.

¿Qué se debe hacer para evitar otra situación como la vivida por el Open Arms?

Tiene que buscarse un mecanismo estándar y eficaz. Hasta ahora, cada vez que pasa algo hay ocurrencias ad hoc.

El mecanismo definitivo debe permitir rescatar a estas personas y trasladarlas a un puerto seguro, tal como lo exige la ley de rescate, donde la dignidad de las personas sea respetada y donde puedan presentar su petición de asilo. Por eso, debe descartarse Libia. No exigimos nada que no esté en los marcos legales.

¿Por qué Túnez no es una opción?

Porque, como señala ACNUR, Túnez no tiene ni los medios ni los mecanismos necesarios para garantizar que quienes llegan pueden presentar su petición de asilo.

¿Qué opina de la gestión española en el Open Arms?

El gobierno ha sido mediocre, no ha estado a la altura. La inconsistencia de su política desde la llegada del Aquarius ha sido evidente y se han hecho declaraciones fuera de lugar como las de la vicepresidenta, Carmen Calvo, cuando aludió a que el Open Arms no tenía permiso para rescatar. Esas declaraciones tienen una enjundia preocupante. Espero que haya sido un error porque sino esa frase la acompañará el resto de su vida.

¿Le preocupa que el Ocean Viking le suceda lo mismo que al Open Arms?

Claro que me preocupa, esto tiene que servir para entender que estas situaciones se siguen produciendo.

¿No cree que si el mecanismo se lleva a cabo se producirá una situación de llegada masiva de personas que quizás no se puedan acoger?

Esto no implica que llegue gente hasta el infinito. Tiene que llevarse a cabo un plan integral, nuestra labor no implica abrir las puertas para todos ni dar papeles para todos, hay medidas preventivas para impedir que esto ocurra. Una persona que tiene derecho a pedir asilo no es lo mismo que un migrante económico, pero que vuelva a su país no implica que lo tiremos al mar. Tiene que haber un enfoque más solidario, más humano. Además, Europa tiene responsabilidad en muchas situaciones de conflicto en África. Si somos parte de las causas, tendremos que responsabilizarnos de las consecuencias.

¿Qué opina de Óscar Camps? Lo han llamado traficante de personas...

No lo conozco personalmente. A mí también me llamaron traficante. De todas formas, Open Arms y Médicos sin Fronteras son diferentes. Ellos se dedican a los rescates, nuestras operaciones en el mar representan el uno por ciento, el 99 por ciento restante está en los sitios donde se generan los problemas, como zonas en conflicto, con epidemias o hambruna

Nosotros hemos renunciado a los fondos de la Unión Europea, en los últimos cinco años hemos dejado de percibir 165 millones de euros en subvenciones públicas.

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