El niño brasileño con 42 agujas, un caso dramático de «magia negra»

La crueldad humana no tiene límites. Un niño brasileño, víctima de su padrastro en un supuesto ritual de «magia negra», fue ingresado en un hospital con decenas de agujas en el cuerpo, algunas de ellas en órganos vitales como el corazón, los pulmones, el hígado, la vesícula y el intestino. Una de las agujas le perforó uno de los pulmones.

Roberto Carlos Magalhães Lopes, de 33 años, autor del macabro suceso, habría realizado el ritual para vengarse de su madre, con quien vive desde hace seis meses en la ciudad de Barreiras, a 898 kilómetros de Salvador, la capital del estado de Bahía.

El niño, que enmudecía y lloraba cuando le preguntaron quién le hizo daño, se encuentra hospitalizado y corre el riesgo de morir. Su padrastro, que confesó el crimen, y las dos mujeres que le habrían ayudado en el ritual, casi fueron linchados por más un centenar de residentes de Barreiras, y tuvieron que ser transferidos a la comisaría de una ciudad vecina. La madre del niño declaró que el pequeño siempre tenía un comportamiento extraño cuando salía con el padrastro.

El niño, que lleva 42 agujas en su pequeño cuerpo, fue transferido ayer con una unidad de cuidados intensivos aérea al Hospital Ana Nery en Salvador, especializado en cirugías cardiacas, para ser sometido a una cirugía en la que tratarán de retirarle las agujas más delicadas, entre ellas dos que están cerca de su corazón, en el ventrículo izquierdo. El riesgo, según los médicos, es que el pequeño sufra una arritmia cardiaca y fallezca durante la intervención.

Cirugía muy complicada

El cirujano pediátrico Fabio Contelle, que cuida del niño desde Barreiras, dijo que la cirugía será extremamente delicada y que serán extraídas todas las agujas que amenazan órganos vitales. Además del corazón, el médico informó que fueron avistadas dos agujas alojadas en el canal de la médula, en la columna cervical. Los médicos también le colocaron un drenaje para impedir que se acumule sangre y líquido en el lóbulo izquierdo del pulmón afectado. «Es una cirugía muy complicada, que necesitará de un equipo multidisciplinario», dijo Contelle.

El médico también informó de que las agujas que se encuentran en zonas no vitales pueden permanecer en el cuerpo, porque son de acero inoxidable, el mismo material usado en las piezas de titanio que son colocadas en operaciones para sustituir huesos quebrados. «Técnicamente no hacen daño», declaró el médico.

La fecha de la cirugía aún no fue marcada, porque una junta médica está evaluando los riesgos. El equipo considera que la cirugía es de urgencia, pero no de emergencia. Según Contelle, el cuadro clínico del niño debe ser estable para que la cirugía se realice.

El autor confeso aseguró que llevó al niño varias veces a casa de una mujer llamada Angelina, donde clavó las 42 agujas con su colaboración y la de una tercera persona, cuyo nombre no fue divulgado.