Las negociaciones que no han podido sacar a Maduro del poder

Según expertos consultados por ABC, hay dos diferencias puntuales en este proceso con relación a los anteriores: la primera es que son bajas, o casi nulas, las expectativas de que el presidente socialista salga del poder; mientras que la segunda se centra en la presión internacional que ha venido creciendo en los últimos años.

El director de la firma Datanálisis, Luis Vicente León , explica, en conversación con este diario, que no cree que se logre la salida de Maduro en un futuro próximo porque considera que el líder chavista «no ve como una amenaza» a la oposición en este nuevo acercamiento. «No hay forma de saber que esta nueva negociación será un éxito. No hay forma de garantizar quién va a ganar en una negociación política, pero lo que sí sabemos es que el debate en esta negociación se desarrolla entre las dos partes que tienen que estar».

El presidente interino, Juan Guaidó , repite por segunda vez en una negociación con el régimen chavista , después de fracasar el diálogo con Maduro en 2019 en Barbados. Ahora, con Noruega nuevamente como mediador, el líder opositor ha mostrado sus altas expectativas por los resultados que -ha dicho- favorecerán a los venezolanos, sin insistir en la salida de Maduro del Palacio de Miraflores .

Mientras tanto, el mandatario socialista mantiene un discurso con ínfulas de victoria sobre el proceso, y asegura haber «aplastado» al presidente interino. Este otro paso que se dio el pasado 13 de agosto ha sido visto con buenos ojos por el 50% de los venezolanos, según Datanálisis.

Sin embargo, para la opositora radical María Corina Machado las reuniones en México -que de momento solo han logrado la creación de un ‘memorando de entendimiento’ - son un «oprobio», pues «al reconocer a Jorge Rodríguez como representante del ‘Gobierno de Venezuela’, ellos, los firmantes, le han puesto la lápida al Interinato».

El memorando en cuestión tiene las firmas de los representantes chavistas y opositores que buscan materializar un acuerdo integral que favorezca a todos los venezolanos y ponga punto final a la penosa crisis del país. De acuerdo con la encuestadora, el 19% de la población también rechaza el acercamiento.

León ha dicho que los diálogos en Venezuela han pulverizado la esperanza de la población sobre una verdadera solución política , y los venezolanos han mostrado escepticismo sobre la posible salida de Maduro. «Tras varios intentos, lo que ha pasado es que Maduro sigue en el poder, y parece no haber una esperanza creíble que lo esté poniendo en la salida. Otra realidad es que la oposición se ha debilitado».

Para el economista y analista político, la actual negociación tiene un «redireccionamiento de expectativas, es decir, lo que la gente espera no es lo que las partes anuncian (condiciones de la oposición y el régimen). La gente no tiene confianza en que eso pueda ocurrir. Lo que sí cree la población es que esta negociación puede concluir con acuerdos parciales específicos y que puedan servir a la gente».

Para el director de Datanálisis, «hoy las expectativas están redimensionadas, y no hay duda de que los discursos políticos siempre serán distintos a la realidad». En ese sentido, ha dicho que incluso los propios actores que participan en México saben que la salida de Maduro no es una opción en este momento y por lo tanto no se está planteando.

Con ABC también ha conversado la internacionalista venezolana Giovanna De Michelle , según la cual, aun cuando las circunstancias en las que se está dando este diálogo «son completamente diferentes a las anteriores, no existe una verdadera disposición de lograr una salida pacífica de la gravísima crisis que se vive en Venezuela». Ha dicho también que en esta oportunidad hay una presión internacional más grande que en años anteriores: «Hay mucha observación internacional sobre el desarrollo y el eventual desenlace de este proceso».

En palabras de De Michelle, el chavismo intenta «ganar tiempo» para legitimar las elecciones de gobernadores y alcaldes del próximo 21 de noviembre, mientras que la oposición «aspira un adelanto general de elecciones incluyendo elecciones presidenciales». Sin embargo, en su opinión, probablemente el régimen de Maduro no acepte adelantar elecciones de ningún tipo, usando como pretexto que la Constitución no lo contempla.

Desde que llegó Maduro al poder, tras la muerte de Hugo Chávez en 2013, en Venezuela se han realizado al menos cinco procesos de negociación y diálogos políticos. Pero ninguno de ellos ha logrado deponer al presidente chavista. Y en esta oportunidad, el optimismo parece haberse escurrido. El primer intento que buscó que las dos partes pactaran la paz ocurrió en 2016, con los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero , Martín Torrijo (Panamá), Leonel Fernández (República Dominicana) y el Vaticano como mediadores. Pero el esfuerzo fue en vano por las diferencias en la mesa de negociación.

Al año siguiente, y con las protestas contra Maduro de contexto, se tanteó la posibilidad de una nueva mesa de diálogo, y tras varias reuniones exploratorias en la República Dominicana, la negociación fracasó antes de encontrar soluciones reales para el país. En enero de 2018, los representantes chavistas y los de la oposición, en un intento de hacer «borrón y cuenta nueva», tuvieron un acercamiento con el entonces presidente dominicano, Danilo Medina , como anfitrión. Tras varios encuentros, el diálogo no prosperó, pues la oposición denunció «trabas» de Maduro en el proceso, algo que el régimen chavista tradujo como «presiones» de Estados Unidos hacia la dirigencia opositora.

El letargo culminó en julio de 2019 cuando ambas partes volvieron a una mesa de diálogo en Barbados , esta vez con Guaidó a la cabeza de la oposición y Noruega por primera vez como facilitador de la negociación. Dos meses más tarde, Guaidó, que presidía el Parlamento, anunció que la oposición daba por finalizado el diálogo después de que el chavismo se levantara de la mesa en protesta por las sanciones impuestas por Estados Unidos.

En el pasado, la oposición cometió un error muy importante: generar altas expectativas en la población con las negociaciones. Para Luis Vicente Léon, «la oposición fue muy prepotente anteriormente y dijo que iba a la negociación para discutir el momento, el avión y la gente que se iría con Maduro a Cuba, Rusia o China, y al decir que no había más nada qué negociar». Desde su percepción, con ese planteamiento, «cuyo único éxito era la salida de Maduro del poder, era un éxito nulo. La oposición fue a negociar con un Maduro que nunca estuvo destruido».

Ahora la negociación actual se desarrolla con un reconocimiento de roles. La oposición reconoce al Gobierno y el régimen le da su lugar a la plataforma opositora en este nuevo proceso. «Eso no quiere decir que se esté reconociendo al Gobierno como legítimo, pero se está reconociendo que este Gobierno es el que controla el territorio y los poderes públicos y con quien hay que negociar». Según León, «no reconocer a quien controla el poder, era un juego insostenible en el tiempo».