Suscribete a
ABC Premium

Naruhito, un emperador globalizado para renovar el tradicionalismo nipón

Casado con Masako, una diplomática educada en Oxford como él, tiene una hija que no podrá heredar el Trono del Crisantemo por ser mujer

Pablo M. Díez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Junto a Carlos de Inglaterra, Naruhito era el otro príncipe condenado a ser heredero para siempre. Máxime en un país como Japón, que tiene la esperanza de vida más alta del mundo y donde abundan los centenarios. Pero su padre, el Emperador Akihito, le ... abrió de repente la puerta al Trono del Crisantemo cuando, en 2016, sorprendió a todos al anunciar su deseo de abdicar por problemas de salud. Aunque la mitad de los 126 emperadores de Japón han cedido el trono en vida, esta posibilidad no estaba contemplada en la actual Constitución, que ha habido que reformar pese a la oposición de algunos. Los sectores más tradicionalistas, incluido el Gobierno, querían que siguiera en el trono hasta el fin de sus días aunque estuviera enfermo como su padre Hirohito, quien sufrió un cáncer terrible durante su último año. Enfrentándose a ellos, consiguió convencer al Gobierno al contar con la comprensión de la mayoría de la sociedad.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia