Hazte premium Hazte premium

La mujer que acusa de agresión sexual al juez de Trump testificará en el Senado

Tanto el presidente como los republicanos han mostrado su apoyo a Kavanaugh

David Alandete

Por primera vez desde 1991 una mujer testificará por un caso de agresión sexual contra un candidato a ingresar en el Tribunal Supremo de EE.UU. Los abogados de la profesora universitaria Christine Blasey Ford anunciaron ayer que esta detallará el jueves sus acusaciones ante la comisión de Asuntos Judiciales del Senado, que estudia la idoneidad para el puesto del juez Brett Kavanaugh, elegido por Donald Trump.

Las acusaciones de Ford se hicieron públicas hace dos semanas, cuando los medios norteamericanos revelaron que la profesora había enviado a la senadora demócrata Dianne Feinstein una carta sobre una supuesta agresión sexual ocurrida en 1987. La senadora ocultó la existencia de la carta durante dos semanas y sólo cuando los medios la reprodujeron en su totalidad la envió a la Casa Blanca y al FBI, recomendando una investigación. Tanto Trump como los republicanos en el Congreso han mantenido su apoyo al juez Kavanugh y han criticado que la víctima no llevara sus denuncias a la policía cuando ocurrieron los hechos. Entonces ella tenía 15 años y Kavanaugh, 17.

La profesora Ford, que hoy reside en California, mantiene que en 1987, cuando Kavanaugh y ella acudían al mismo instituto de secundaria en Washington, este y un amigo la encerraron en una habitación durante una fiesta. El juez se tumbó sobre ella y trató de desvestirla mientras le tapaba la boca. Ella logró zafarse y se escondió en un baño. La profesora mantuvo silencio sobre la agresión hasta que esta emergió en una sesión de terapia psicológica de parejas. Kavanaugh ha negado categóricamente los hechos y ha recibido el apoyo de unas 70 mujeres que han escrito cartas y han dado conferencias de prensa manifestando que conocen al juez en su vida personal y profesional y siempre ha tenido un comportamiento adecuado y respetuoso con ellas.

Mayoría suficiente

La última vez en que un caso de acoso sexual amenazó la confirmación de un candidato a juez del Supremo fue en 1991, cuando la abogada Anita Hill denunció al juez Clarence Thomas por habérsele insinuado en el trabajo. El FBI investigó aquellas alegaciones y concluyó que no había pruebas suficientes para sostenerlas. Hill llegó a someterse a la prueba de un detector de mentiras, que pasó sin problemas. A pesar de ello, los demócratas, que entonces tenían mayoría en el Senado, aprobaron la candidatura de Thomas, la única persona de raza negra en el tribunal y su miembro más conservador hasta la fecha. Hoy, los republicanos tienen una mayoría suficiente en el Senado para confirmar al juez Kavanaugh.

Las vistas sobre el juez Kavanaugh en el Senado son una prueba de fuerza definitiva del colectivo feminista #MeToo, movilizado por los comentarios de Trump sobre las mujeres difundidos durante la campaña electoral. Destacadas mujeres demócratas en el Senado se han sumado a esa causa, como Marie Hirono, de Hawaii, quien en una tensa vista preguntó a Kavanaugh sobre su opinión sobre el acoso sexual, antes incluso de de que se difundieran las acusaciones de la profesora Ford. «No vamos a permitir que el movimiento #MeToo acabe siendo barrido debajo de la alfombra», ha advertido Hirono.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación