Muere un barrendero de 70 años en las protestas de Hong Kong mientras sigue la violencia
Tras su fallecimiento por el impacto de un adoquín en la cabeza, están graves el hombre quemado por los manifestantes y el adolescente golpeado por un bote de gas, mientras mejora el herido de bala
Tras la muerte accidental la semana pasada de un joven que sufrió una caída desde cuatro metros de altura, las protestas de Hong Kong se cobran una nueva vida. Un barrendero de 70 años falleció el jueves por la noche tras ser golpeado en la cabeza por un adoquín en un enfrentamiento callejero. Según informa el periódico “South China Morning Post”, el hombre estaba haciendo fotos con su móvil de una pelea entre los manifestantes contra el Gobierno y los vecinos del barrio de Sheung Shui. La mala fortuna quiso que, en medio del barullo, recibiera el impacto de uno de los adoquines que se lanzaban en la reyerta. Tras pasar un día en estado crítico en el Hospital Príncipe de Gales, los médicos no han podido salvarle.
Con las imágenes del choque, la Policía ya investiga el caso para detener a los culpables mientras el Departamento de Alimentación e Higiene Medioambiental ha anunciado todo su apoyo a la familia del fallecido, que trabajaba para una subcontrata.
Mientras tanto, siguen en estado crítico otros dos heridos durante las protestas. Uno es Leung Chi-cheung, un hombre de 57 años quemado salvajemente por los manifestantes cuando les reprochó que hubieran destrozado una estación de metro. Padre de dos hijas, está en cuidados intensivos con el 44 por ciento del cuerpo quemado, sobre todo el torso y los brazos, después de que un radical le rociara el lunes con un líquido inflamable y le prendiera fuego en medio de la discusión. Unas imágenes brutales que parecen haber sobrecogido al mundo más que a Hong Kong, donde sigue desde el lunes la escalada de la violencia.
Además, un manifestante de 15 años se halla en estado crítico con una fractura en el cráneo, provocada al parecer por un bote de gas lacrimógeno lanzado por la Policía en un enfrentamiento el miércoles por la noche en la zona de Tin Shui Wai.
Más suerte está teniendo Chow Pak-kwan, el estudiante de 21 años herido de bala por la Policía el lunes, cuando intentaba arrebatarle el arma a un policía que había detenido a otro manifestante. Aunque se hallaba en estado grave porque el proyectil le había atravesado el hígado y el riñón derecho, extirpados en parte, ha mejorado y se encuentra estable.
A este trágico parte de bajas se suma otro joven de 30 años que apareció muerto el miércoles por la noche tras caer de un edificio. Aunque iba ataviado de negro, el uniforme de los manifestantes, no se sabe si su fallecimiento está relacionado con las protestas o es un suicidio. A tenor de las cámaras del edificio desde donde se precipitó, estaba solo.
Con buena parte de los transportes cortados, Hong Kong entra este viernes en su quinto día consecutivo de protestas. Una escalada de la tensión que, espoleada por la muerte accidental del primer manifestante, ha trascendido el ámbito habitual de los fines de semana para aumentar la presión sobre el Gobierno local. Mientras las algaradas se prodigan por todos los barrios, los estudiantes se han atrincherado en las universidades , donde se vivieron auténticas batallas campales los días anteriores y han erigido no solo barricadas, sino hasta muros con los adoquines arrancados del suelo. Durante la madrugada, los manifestantes han anunciado que levantarían parcialmente el corte de una importante autopista que pasa junto a la Universidad China de Hong Kong. A cambio, piden que el Gobierno no suspenda las elecciones a los consejos de distrito convocadas para el día 24.
Por su parte, un comité del Congreso de Estados Unidos ha recomendado cancelar los beneficios comerciales concedidos en 1992 a Hong Kong si China envía al Ejército para sofocar las protestas. También en el extranjero, pero en el Reino Unido, la secretaria de Justicia hongkonesa, Teresa Cheng, fue acosada el jueves por la noche por un grupo de manifestantes cuando iba camino de una conferencia en Londres. Tal y como muestran los vídeos difundidos por las redes sociales, acabó por los suelos y al parecer sufrió heridas en un brazo. Junto a la jefa ejecutiva del Gobierno, Carrie Lam, Cheng es foco de la ira de los manifestantes por haber impulsado la ley de extradición a China que desató estas protestas. Aunque este controvertida moción fue retirada en septiembre, las protestas siguen ahora demandando, entre otras cosas, el pleno sufragio universal y una investigación independiente de la fuerza policial, así como una amnistía para los detenidos.
Por primera vez desde el estallido de las manifestaciones en junio, que empezaron de forma pacífica y han derivado en una violenta revuelta contra el autoritarismo de Pekín, el presidente de China, Xi Jinping, habló el jueves sobre Hong Kong. Desde Brasil, donde ha asistido a la cumbre de las potencias emergentes (BRICS), aseguró que la prioridad es «r estaurar el orden y acabar con la violencia , que son un desafío a las líneas rojas del principio "un país, dos sistemas"». A pesar de los insistentes rumores sobre la declaración del toque de queda, anunciado incluso por la Prensa oficial china en un tuit luego borrado, el Gobierno de Hong Kong ha desmentido esta medida que agravaría, aún más, la crisis.
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