El militar que abrió las puertas de Trípoli a la revolución
Albarrani Shkal estaba al control de militares leales de Gadafi pero podría haber contactado con los rebeldes desde el primer momento de la guerra
mikel ayestarán
Los dirigentes rebeldes han confiado la protección de la capital a dos figuras tan controvertidas como complementarias y que tienen la complicada tarea de unificar el trabajo de las diferentes milicias desplegadas. La seguridad y el mando militar han recaído en ... un exgeneral de Gadafi, Albarrani Shkal , y un antiguo emir de un grupo islamista, Abdul Hamik Belhaq , respectivamente.
Al Consejo Nacional Transitorio (CNT) no le ha temblado el pulso a la hora de otorgar a Albarrani Shkal la seguridad pese a su pasado gadafista . El exgeneral, al que las milicias de Misrata acusan de haber comandado unidades del régimen durante el largo sitio de la ciudad costera y cuyo nombramiento ha provocado manifestaciones en esta localidad, «fue una de las claves en la toma de la capital y ahora los rebeldes le están compensando por los servicios prestados» , asegura un mando militar en el cuartel general rebelde. Según diferentes fuentes consultadas, Shkal habría contactado con el mando rebelde “en los primeros meses de la revuelta”, pero recibió la orden de seguir en su puesto para “poder trabajar desde dentro”.
¿Cómo pudo caer Trípoli tan rápido? “Sigue siendo una sorpresa para todos, la ayuda de Alá y el trabajo de nuestro comandante lo hicieron posible”, piensa Adam Fituri, rebelde de 21 años de la ‘Brigada 17 de febrero’ con la que participó en la toma de Bab Al Aziziya a las órdenes de Abdulhakim Belhaq, el nuevo comandante militar de Trípoli, y antiguo emir del Grupo Libio Islámico de Lucha (LIFG, por sus siglas en inglés). Belhaq subió a las montañas de Nafusa en febrero y situó su cuartel general en Nalut, desde donde diseñó el asalto de la capital.
Cuando Belhaq dio la orden de atacar a mediados de agosto, Shkal era una de las piezas claves en la defensa de la capital por parte del régimen y “supo el momento adecuado para abrir las puertas”, aseguran las mismas fuentes. El CNT confía que la coordinación entre ambos mandos siga por el buen camino y logren devolver la seguridad a las calles . De momento el objetivo es desarmar a la población y registrar las armas , una tarea titánica en una ciudad donde los arsenales de Gadafi están ahora en manos del pueblo.
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