Suscribete a
ABC Premium

Milagro en el río Hudson

El Airbus 320 de US Airways, «atacado» por una bandada de pájaros, amerizó a los tres minutos del despegue. Sus 155 ocupantes fueron rescatados indemnes, aunque con el miedo y el frío en el cfuerpo

Palabras como «milagro», «increíble» o «el piloto es un héroe» eran las que más repetían ayer los 150 pasajeros del Airbus A320 de US Airways que cayó a las frías aguas del río Hudson tres minutos después de despegar del aeropuerto de La Guardia con destino a Charlotte (Carolina del Norte).

El piloto logró, con gran pericia, aterrizar y salvar la vida de todos los pasajeros y de los otro cuatro miembros de la tripulación, con tanta suerte que el aparato quedó flotando en el agua, sin hundirse. ¿El resultado? Todos salvados y una curiosa visión: muchos de los pasajeros esperaron de pie, sobre las alas, a ser rescatados mientras los neoyorquinos que pasaban por allí disparaban fotos con sus cámaras digitales.

«Yo estaba en la fila 16. El capitán dijo "prepárense para un impacto", la gente empezó a llorar y cuando el aparato golpeó contra el agua, nos calmamos», relató Fred Berretta, uno de los supervivientes de este insólito accidente en el río que separa Nueva York y Nueva Jersey, frente a los rascacielos de Manhattan.

Al parecer, el problema es habitual: tres minutos después de despegar a las 15.26 hora local, el avión se topó con una bandada de pájaros que golpeó el fuselaje (según la Federal Aviation Administration, más de 56.000 aves se estrellaron entre 1998 y 2004 en EE.UU.). Pero ese problema que los pilotos deben sortear frecuentemente se convirtió ayer en el protagonista de la jornada. Superada la angustia inicial, Berretta llamó a su esposa para decirle que estaba bien. «Las azafatas abrieron las puertas rápidamente y todos fuimos saliendo. Yo por el ala izquierda. Había mucha gente, así que algunos volvieron al avión y lo abandonaron por el ala derecha. Nos preocupaban las ocho o diez personas que estaban en el agua porque hacía mucho frío, pero enseguida llegaron los barcos de la guardia costera». Nueva York se despertó ayer nevado, con temperaturas bajo cero.

A Berretta también le preocupó que el avión pudiera saltar en mil pedazos. Y hasta pensó que había llegado su final. «Sólo puedo dar las gracias al piloto, que hizo un gran trabajo». Todos agradecidos a este superhéroe del aire que avisó a la torre de control de que necesitaba aterrizar en el aeropuerto más cercano de Teterboro, en Nueva Jersey. Esa fue su última comunicación con los controladores antes de avisar del impacto a los pasajeros.

«Oímos un fuerte golpe poco después de despegar y el avión tembló», recordó Alberto Pinero, que olió a humo y se dio cuenta de que algo ocurría. «Es increíble que todos estemos vivos. Los barcos de rescate llegaron inmediatamente y un ferry lanzó chalecos salvavidas al agua». Ben Vonklemperrer lo vio caer desde su oficina, en la planta 25 de un edificio a orillas del Hudson. «El aterrizaje fue muy gradual, un contacto muy lento con el agua. Nadie podría haberlo hecho mejor».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación