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TERREMOTO EN ECUADOR

«De milagrito que no me cayó encima. Agarré a mi bebé y salí corriendo de la casa»

Las réplicas (541 dese el pasado sábado), el calor y la escasez de agua castigan las zonas devastadas por el seísmo que sufrió la costa ecuatoriana el pasado sábado

 Un niño duerme bajo una tienda instalada en el aeropuerto de los Reales Tamarindos, tras ser evacuado de Portoviejo REUTERS

LYS ARANGO

Las familias que aún procesan la tragedia vivida y la tristeza de la devastación buscan un lugar seguro tras cada réplica del temblor. Los 50 albergues improvisados en la provincia de Esmeraldas reciben cada día a más personas que desean instalarse en un lugar sin ... amenazas. El rumor de que aún está por llegar un tsunami o un terremoto aun más devastador se apodera del ánimo de muchos ecuatorianos que deciden escapar.

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