Micheletti admite por primera vez la posible vuelta de Zelaya al poder
Roberto Micheletti ha reconocido hoy por primera vez la posibilidad de la vuelta al poder del presidente derrocado hace 100 días, Manuel Zelaya , tras las elecciones presidenciales del 29 de noviembre, según ha confesado en una entrevista emitida por una televisión local y recogida ... por la agencia AFP.
"Si hay elecciones transparentes en el país y si elegimos a un nuevo presidente, podríamos hablar entonces de cualquier escenario o situación", ha dicho Micheletti en Canal 5, en respuesta a una pregunta sobre la posible vuelta de Zelaya a la presidencia.
"Creemos que la patria es la primera razón para sentarnos de una mesa a dialogar. El regreso al poder es una aspiración de Zelaya que tendrá que ser escuchada desde un punto de vista más amplio, desde un punto de vista legal", ha añadido.
Las elecciones legislativas y presidenciales están previstas para el 29 de noviembre. El mandato de Zelaya expira el 27 de enero de 2010.
Micheletti siempre había rechazado categóricamente el regreso de Zelaya a la presidencia tras el golpe de Estado del 28 de junio. Sólo le permitían volver al país para ponerse delante de la justicia, acusándolo de "alta traición".
Las condiciones de Zelaya para negociar
Por su parte, el depuesto presidente Manuel Zelaya pidió ayer domingo a Micheletti que levante el estado de excepción y el cerco militar a la embajada de Brasil, donde se refugia, para iniciar el diálogo.
El gobernante apuntó que para iniciar un diálogo “sincero” con Micheletti, éste debe cumplir cuatro demandas esenciales. Una de ellas es “que se derogue el decreto que suprime las garantías constitucionales de locomoción, organización, reunión y libertad de expresión", emitido hace una semana.Micheletti ya ha informado que restaurará estas garantías constitucionales suspendidas.
Otra condición es que devuelva a sus dueños las frecuencias de Radio Globo y Canal 36 de televisión clausurados por el Gobierno el lunes anterior. Las otras dos es que “se retire el cerco militar de la embajada donde nos tienen recluidos como en un campo de concentración y que se nos permita escoger a las personas de nuestro equipo que participarían en el diálogo. Aquí no han permitido que ingrese uno solo de los miembros de mi gabinete".
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