Retrato robot de la comunidad musulmana en Francia
Son mayoritarios los musulmanes tradicionalistas, partidarios de la integración, aumentan la indiferencia religiosa y el agnosticismo y, en la periferia de algunas grandes ciudades, minúsculos grupos siguen cursos de «formación» subversiva

Los cinco o seis millones de franceses de religión musulmana están divididos en muy distintas «familias», enfrentadas, con frecuencia, incapaces de «controlar» las tentaciones subversivas de una minoría violenta que llega a perseguir a los musulmanes partidarios de una integración no conflictiva.
Todos los estudios sociológicos realizados durante la última década confirman este aproximado «retrato robot» : son mayoritarios los musulmanes tradicionalistas, partidarios de la integración; aumentan la indiferencia religiosa y el agnosticismo; se ha desarrollado un integrismo no violento; y, en la periferia de algunas grandes ciudades, como París, Toulouse, Lyon o Marsella , existen minúsculos grupos de musulmanes muy jóvenes, que han utilizado un relativo confort y la libertad de movimientos para seguir cursos de «formación» teológica y subversiva en el Yemen, Afganistán o Pakistán .
Un imán ortodoxo, partidario de la integración, que ha denunciado el uso del burka, en muchas ocasiones, el imán de Drancy, Hassen Chalghoumi , me comentaba hace algún tiempo: «En Francia, hay muchos imanes pacíficos, como yo, pero muchos no se atreven a hablar. En mi caso, han intentado callarme, pero no pueden. Los musulmanes pacíficos y piadosos son mayoritarios. Ni el burka ni el crimen tienen nada que ver con el Islam».
Muchos especialistas incluso hablan del «retroceso» y la «balcanización» del islam francés. Farhad Khosrokhavar , sociólogo, investigador en la École des hautes études en sciences sociales, afirma: «Los trabajos de campo han permitido confirmar que el islamismo radical ha retrocedido en tanto que fenómeno social. Por el contrario, estamos asistiendo a la floración de un nuevo movimiento, el híper fundamentalismo: grupos de musulmanes que no están en guerra contra la sociedad francesa pero que quieren practicar un modo de vida que ellos creen que era el de su Profeta. Se trata de musulmanes ultra ortodoxos, que reaccionan contra una sociedad hiper secularizada».
Radicales poco numerosos
Ante la mayoría musulmana, pacífica y no violenta, ¿cuál es la importancia de los nuevos hiper fundamentalistas musulmanes en Francia? Según cifras oficiales del ministerio del Interior, en Francia (65 millones de habitantes), solo unas 400 o 450 mujeres visten burka. Sin embargo, desde la entrada en vigor de la Ley que prohíbe el burka , en público, el fenómeno apenas ha tenido trascendencia de ninguna.
Queda la evidencia... minorías muy aisladas, incontrolables y temibles. Se han realizado varios estudios policiales, incluso alguna película. Frédéric Lenoir , director de «Le Monde des Religions», ha dividido a los musulmanes franceses en varios grupos sociológicos : musulmanes de la primera generación inmigrante desde 1945. Tradicionalistas, relativamente bien integrados. Musulmanes jóvenes que descubren su identidad religiosa con «pasión», pero oscilan entre radicales e integrados. Musulmanes jóvenes que desean «cribar» la religión tradicional a través de la «razón crítica». Musulmanes que se alejan de la tradición musulmana. Musulmanes tentados por la subversión salafista.
«La tragedia de Toulouse pone de manifiesto que pueden ser muy peligrosos»
¿Cuantos son los musulmanes jóvenes tentados por el terrorismo..? François Heisbourg , que ha presidido International Institute for Strategic Studies (IISS) y la Fondation pour la Recherche Stratégique (FRS) comenta: «Quizá solo sean muy pocas decenas. Pero la tragedia de Toulouse pone de manifiesto que pueden ser muy peligrosos. Me pregunto si no se ha producido un “disfuncionamiento” en los servicios de seguridad franceses».
Una fuente policial comenta a ABC: «Los ultra radicales no son muy numerosos. Algunas decenas . Hay muchos fichados. La mayoría, son “lobos solitarios”. Son gente de muy baja formación cultural, pertenecen a familias que no son demasiado pobres. Incluso viajan. Pero esos viajes pueden ser temibles. En los últimos veinte años, se han desmantelado varias filiales francesas de musulmanes que han hecho el “peregrinaje” a Pakistán o Afganistán. Esos son los más temibles».
Minoritarios y peligrosos, esos musulmanes franceses viven aislados incluso dentro de sus familias. La policía intenta ficharlos. Los sociólogos apuestan por su lenta «extinción» .
Emmanuel Todd, politólogo y demógrafo reputado, analiza la «balcanización» cultural del islam francés de este modo: «A mi modo de ver, a medio y largo plazo, la población francesa de origen musulmán será lentamente asimilada y sus descendientes serás mayoritariamente muy poco creyentes. Quedará, sin duda, un pequeño Islam más o menos unificado, pero polemizando consigo mismo sobre numerosos problemas teológicos de fe islámica».
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