Merkel viaja hoy a Washington para reunirse con Biden en plena tensión por el gasoducto Nord Stream 2

Dicho esto, Merkel no da un paso atrás y ha rechazado de nuevo, antes de embarcar en el avión, la oposición de Estados Unidos y los vecinos de Europa del Este al gasoducto Nord Stream 2 , casi terminado, a pesar de que es muy posible que Rusia lo utilice para cortar Ucrania como ruta de tránsito de gas, privando a Kiev de ingresos lucrativos y socavando su lucha con el este respaldado por Moscú. La canciller alemana ha prometido al Gobierno de Ucrania que «haremos todo lo que esté en nuestro poder» para seguir importando gas a través de Ucrania y ha dado garantías de que así sucederá hasta 2024, pero a partir de esa fecha el futuro de la vía ucraniana es incierto.

«Nord Stream 2 es el área donde se puede esperar un progreso de manera más realista», adelanta Thorsten Benner ,del Global Public Policy Institute (GPPi), «Merkel puede esperar salirse con la suya proporcionando garantías para el papel continuo de Ucrania como país de tránsito de gas y un vago mecanismo de retroceso que se activaría si Rusia busca cortar el tránsito a través de Ucrania». La Administración estadounidense ha filtrado que Biden subrayará su oposición cuando se reúna con Merkel , pero que hay espacio diplomático para que ambas partes «aborden los impactos negativos del oleoducto». «Nuestros equipos continúan discutiendo cómo podemos garantizar de manera creíble y concreta que Rusia no pueda usar la energía como una herramienta coercitiva para perturbar a Ucrania, los aliados del flanco oriental u otros estados», es el mensaje.

Por ahora, Merkel tampoco mueve la ficha china. Durante sus 16 años en el poder, ha trabajado duro para estrechar los lazos económicos, tanto alemanes como europeos, con el gigante oriental, que la Administración Biden ve como una amenaza global y quiere contrarrestar con un frente conjunto de países democráticos. «El problema para Estados Unidos es que Merkel tiene la ventaja, porque ha decidido que el status quo en la relación transatlántica es lo suficientemente bueno para Alemania», considera Ulrich Speck, analista independiente de política exterior, «Biden, por el contrario, necesita ganarse a Alemania para su nueva estrategia en China». Los funcionarios de ambos lados están involucrados en intensas discusiones para resolver el problema y evitar la reimposición a las sanciones que Biden renunció en mayo. El presidente estadounidense enfrenta por su parte una presión cada vez mayor de los legisladores americanos para volver a imponer sanciones.

Merkel ha sido una firme defensora del pacto de inversión entre la Unión Europea y China alcanzado a finales del año pasado, en la víspera de la toma de posesión de Biden, y ha sido criticada por no enfrentarse a Pekín por las violaciones de Derechos Humanos en Hong Kong y contra una minoría musulmana en Xinjiang, que Estados Unidos ha calificado de genocidio.

«Probablemente habrá una llamada conjunta de Biden y Merkel para que China intensifique sus esfuerzos en la reducción de emisiones de carbono a favor de la salud global y solo tal vez una referencia a la necesidad de abrir más el mercado chino», confía Benner, «pero no espere nada de Merkel que parezca remotamente que hay un frente transatlántico conjunto en China».

Los dos países también siguen en desacuerdo sobre una propuesta de exención temporal de los derechos de propiedad intelectual para ayudar a aumentar la producción de vacunas COVID-19 , una medida respaldada por Washington pero que Alemania rechaza. Tampoco cabe esperar que afloje la negativa de Estados Unidos a aliviar las restricciones de viaje para los visitantes de Europa a causa de la pandemia.

En este último y trascendental viaje oficial, Merkel lleva a su lado a Jan Hecker para política exterior, Lars-Hendrik Röller para política económica y al portavoz del gobierno Steffen Seibert, además de, y es un hecho extraordinario, su marido Joachim Sauer. Su equipo da gran importancia al desayuno que mantendrá con Kamala Harris. El DAX 30 permanece atento al intercambio que la delegación mantendrá con empresarios y representantes comerciales. Y aunque Merkel nunca deja demasiado espacio a las emociones, sin duda el punto más emotivo del programa para la canciller alemana será el acto en el que la Universidad Johns Hopkins le otorgue un doctorado honorario, en palabras del presidente de la Universidad, Ronald J. Daniels, un reconocimiento al trabajo de una vida: «Como líder mundial con una determinación e integridad incomparables, la canciller Angela Merkel no solo ha dirigido Alemania, sino también las crisis de la gran recesión, los refugiados y el Covid-19, como un faro para el mundo».