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Merkel logra apoyos para impulsar campos de refugiados de la UE en África

Macron respalda que se negocien con Libia y Níger, entre otros, a cambio de que Berlín inyecte más fondos al plan de presupuesto para la zona euro

Merkel recibe a Macron en el Palacio de Meseberg AFP
Rosalía Sánchez

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Merkel y Macron cocinaron ayer en el palacete de Meseberg, en los alrededores de Berlín, la propuesta conjunta que emplatarán en Bruselas, durante la próxima cumbre de finales de junio, y en la que la canciller alemana ha obtenido respaldo para medidas destinadas a frenar el flujo de refugiados en África a cambio de un considerable aumento de la aportación germana al presupuesto europeo.

Hemos hallado una «buena solución» para Europa, valoró satisfecha la alemana. «Ha de ser una respuesta común del bloque », insistió Macron. A la espera de cerrar flecos con países terceros, no quisieron dar demasiados detalles sobre los acuerdos con países africanos, aunque Merkel sí dijo que «si logramos encontrar un mecanismo que, conjuntamente con las autoridades internacionales de inmigración y el Consejo Europeo, permita cuidar y asesorar bien a los refugiados sin oportunidades o con muy pocas oportunidades de entrar en Europa, como iniciativas que ya estamos viendo en Agadez, en Níger, serán buenas iniciativas».

Se refería a zonas piloto seguras , garantizadas por Acnur en el caso de Níger, en las que se lleva a cabo ya con éxito el proceso de identificación y selección de los extranjeros que sí pueden acogerse al estatuto de refugiados que posibilitaría su entrada en Europa, evitando que se lancen al mar con un destino incierto. En esos mismos centros se tramitan las solicitudes de asilo y se facilita el proceso a los ciudadanos con derecho al estatuto de refugiados, vehiculando su viaje al margen de las mafias, mientras que se desincentiva el viaje a quienes por sus condiciones particulares no podrán entrar en Europa por la vía legal.

Plataformas de desembarco

«Lo que está claro es que hay que frenar la inmigración ilegal y el tráfico de personas, al mismo tiempo que se abren las vías legales», explicó Merkel, que toma como modelo la estrategia de reinstalación llevada a cabo en el Líbano, Turquía y Jordania , y que contempla el establecimiento de nuevos acuerdos europeos de cooperación y desarrollo con Libia a cambio de la creación de centros de refugiados en su territorio que lleven a cabo esa misma identificación temprana de potenciales refugiados y descarte del resto.

Merkel y Macron apoyarán además el borrador del Consejo Europeo, que propone la creación de «plataformas de desembarco» fuera de la UE, a las que podrán ser devueltos los rescatados en el mar y donde contarán con la asistencia humanitaria necesaria, así como la propuesta austriaca de reforzar las fronteras exteriores con un mayor respaldo a Frontex. Macron mencionó las enormes posibilidades de un acuerdo con Libia en el combate contra los «traficantes de humanos». «El riesgo humanitario comienza exactamente cuando se abandona la costa libia», señaló, y concretó el apoyo del eje franco alemán a la propuesta de la Comisión de aumentar los efectivos de la agencia europea de fronteras Frontex hasta las 10.000 personas. «Muchos de los que llegan son inmigrantes económicos y queremos ser pragmáticos, pero también humanos y eficientes. Se debe ver la problemática en su conjunto y trabajar de forma conjunta con los países de origen y de tránsito».

Todavía será necesario engrasar la resistencia del núcleo de Visegrado y Merkel tiene una importante cita el próximo 5 de julio para hablar de todo esto con Viktor Orbán, el primer ministro de Hungría, cuyo apoyo resultará crucial para que la respuesta europea sea efectivamente en bloque, pero de entrada se trata de un proyecto al que los equipos diplomáticos reconocen muchas posibilidades de superar la reunión de líderes europeos de los días 28 y 29 de junio.

Inversiones millonarias

A cambio del respaldo francés a este diseño, Merkel accedió ayer a la creación de un gran presupuesto europeo de inversiones , que correrá paralelo al marco financiero plurianual y que servirá para inyectar dinero público en la economía euro, algo a lo que la canciller alemana llevaba resistiéndose tres legislaturas seguidas. El objetivo de ese ingente plan de inversiones será «la convergencia entre países» dijo, aunque metió también una cuña propia al anotar que «la integración de refugiados es una cuestión de cohesión».

«El presupuesto para la zona euro servirá para ayudar en las inversiones de la UE», se extendía la canciller, y para que las políticas económicas se armonicen, algo importante para la Unión Monetaria y Económica. Ambos sugirieron además que este presupuesto supondrá una «ofensiva millonaria».

Otra de las concesiones que Alemania hizo ayer al proyecto europeo de Macron fue la conversión del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en una especie de FMI europeo que servirá para dotar a la eurozona de un instrumento extra, para mejorar su estabilidad y afrontar problemas de liquidez, o lo que es lo mismo, para actuar en los futuros rescates con independencia de los criterios de Lagarde y sus analistas.

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