Más de 300.000 personas han salido de Nicaragua desde el comienzo de la represión en 2018

En el último año se ha disparado la migración hacia Costa Rica y Estados Unidos, país que ahora recibe el mayor número de nicaragüenses

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Reuters

Emili J. Blasco

Desde la violenta represión de las protestas ciudadanas que hubo en Nicaragua en abril de 2018, en las que el régimen de Daniel Ortega causó unos 400 muertos, ha habido una constante huida de nicaragüenses en busca de seguridad y estabilidad fuera ... del país. Se trata de un éxodo que supera ya las 300.000 personas.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha estimado que hasta finales de 2019 hubo unos 88.000 exiliados . Luego disminuyó el número de salidas, para dispararse en el último año a raíz de la intensa persecución con que Ortega y su esposa Rosario Murillo han sometido a los diversos sectores de oposición, en el contexto de la farsa electoral de noviembre de 2021. Desde 2020 y hasta marzo de 2022, al menos otros 215.000 nicaragüenses han emigrado, de acuerdo con la organización Diálogo Interamericano.

La salida de ciudadanos ha sido especialmente pronunciada desde junio de 2021, cuando en solo un mes la marcha al exilio superó por primera vez las 10.000 personas, marca batida en los siguientes meses, con un récord de 25.000 en marzo de 2022. En varios momentos, la emigración a la vecina Costa Rica , destino mayoritario habitual de quienes venían saliendo de Nicaragua, ha sido superada por la que ha buscado entrar en Estados Unidos. Desde 2018, han ido a vivir a Costa Rica unos 100.000 nicaragüenses, y unos 120.000 han intentado entrar en Estados Unidos, según un reciente informe de Diálogo Interamericano con información propia y con datos del Departamento de Seguridad Interior de EE.UU. El 82% de ese doble flujo se ha producido en los últimos doce meses.

La preferencia por la emigración hacia el norte (en el último año, casi dos tercios de los emigrantes han marchado hacia EE.UU., frente algo más de un tercio que ha buscado acogida en Costa Rica) pone especialmente de manifiesto la complicada situación sociopolítica de los nicaragüenses, dispuestos a afrontar las mayores penalidades que supone el largo trayecto hasta la frontera sur estadounidense, el precio que cobran las mafias migratorias y el riesgo a ser devueltos por una Administración Biden que ha mantenido algunas duras disposiciones en el control fronterizo.

De Somoza a Ortega

Costa Rica ya fue en su día lugar de exilio de los perseguidos de la dictadura de los Somoza y ahora lo es en la dictadura de los Ortega. El informe de Diálogo Interamericano se centra precisamente en valorar las características de la migración nicaragüense en suelo costarricense, donde residen unos 400.000 migrantes del vecino país. Quienes hoy pasan la frontera lo hacen en primer lugar por la opresión política en su lugar de origen (así lo dice el 21,8% de los que llegan), mientras que la migración anterior a 2018 se movía sobre todo en busca de oportunidades (19,1%).

A pesar de que se han registrado algunos episodios de xenofobia, el 35,1% se declara muy bien tratado en Costa Rica, y el 43,7% bien tratado; solo el 1,5% habla de experiencias negativas o muy negativas. Se trata, en cualquier caso, de una migración de bajos recursos (dedicada sobre todo a tareas del hogar, limpieza, construcción y venta callejera) y no plenamente integrada, si bien con una situación administrativa generalmente estable (permanecen sin papales entre el 9% y el 13%, en función del tiempo que llevan en el país). Esos emigrantes enviaron a Nicaragua en 2021 un total de 273 millones de dólares en remesas.

Alza del flujo a EE.UU.

En cuanto a la migración hacia Estados Unidos, en el último año se ha producido una importante alza, que se tradujo en la detención en la frontera entre EE.UU. y México de 50.000 nicaragüenses a lo largo del año fiscal estadounidense de 2021, cuando en 2020 solo fueron 2.300 (esta baja cifra se debió a las restricciones de movimiento por la pandemia, pero la media anual anterior no pasaba de las 5.000 detenciones). De ellos, más de 5.000 fueron devueltos directamente a Nicaragua desde EE.UU., lo que provocó la protesta de organizaciones de derechos humanos, pues quienes podían estar huyendo de las represalias del Gobierno de Ortega eran entregados a las autoridades de Managua.

Las rutas seguidas por los nicaragüenses y las mafias migratorias contactadas por ellos podrían estar sirviendo también para el tránsito de cubanos. Desde que Ortega dejó de exigir visado de entrada a Nicaragua a quienes tienen pasaporte de Cuba, se ha incrementado el número de cubanos que llegan a la frontera sur de EE.UU.: en el año fiscal de 2021 lo hicieron 38.000, y en los últimos meses lo han hecho ya 40.000.

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