Maduro se encomienda a la brujería en el 200 aniversario de la independencia venezolana

A la cumbre asistieron el presidente de Bolivia, Luis Arce, acompañado del ex presidente Evo Morales, los representantes de Cuba y Nicaragua, y de las islas Saint Vincent y Granada que es un paraíso fiscal donde se refugian capitales de los jerarcas chavistas.

Venezuela financió a los países del ALBA (Alianza de Países Bolivarianos) mientras tenía bonanza petrolera. Ahora su industria está en la ruina y debe importar todo la gasolina y diesel que consume. Maduro no dijo con qué recursos iba a mantener la cooperación con sus socios bolivarianos.

Vestido con traje gris cerrado hasta el cuello con mangas largas, no apropiado para resistir el calor de 35 grados del Campo de Carabobo, Maduro junto a su esposa Cilia Flores, que también llevaba una chaqueta invernal de dobles botones, inauguró el monumento dos noches antes del bicentenario que también fue el día del Ejército venezolano. En el monumento en medio de la oscuridad y con poses teatrales el mandatario chavista y su ‘’primera combatiente’, como llama a su mujer, elogiaba a Negro Primero, a María Lionza y a otros iconos, que veneran los santeros locales en sus rituales espiritistas, durante la grabación de un documental, producido por la Villa del Cine, encargado por su hijo el conocido ‘Nicolasito’.

Pero lo que ha indignado a los venezolanos y a los obispos de Conferencia Episcopal Venezolana es que en la efeméride histórica de los 200 años participara una convención de brujos, espiritistas, santeros y paleros invitados por los miembros del gobierno de facto chavista y del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

En efecto, en las redes sociales los grupos esotéricos promovieron con bombo y platillo un cartel denominado ‘Primer Encuentro Cultista de Venezuela’ en el que destacan el programa, aparentemente cultural, que protagonizarán los diferentes grupos y oradores en la conmemoración de la batalla independista. En la cartelera de los brujos aparecen los símbolos de María Lionza (una deidad a la que le rinden culto en la montaña de Sorte en Yaracuy). Su organización pertenece a la Federación Venezolana Nacional de Religiones Ancestrales Aganju Sóla Y Yanza, que actúa bajo los auspicios del régimen de Maduro, y contempla la realización de números culturales, así como de intervenciones por parte de un panel compuesto por los historiadores Eloy Marchán y Luis Gallardo.

Es la primera vez que en una fecha patria el gobierno se acompaña de brujos para homenajear a los miles de patriotas combatientes que lucharon por la independencia y que se encuentran enterrados en el campo de Carabobo, a dos horas y media en coche de Caracas. Los brujos fueron invitados a la celebración del bicentenario para fortalecer a Maduro en el poder «invocando el espíritu de los miles de combatientes que yacen en el campo de la batalla de Carabobo».

La conocida opositora a la dictadura chavista Mónica Corrales Malvic resumió su opinión con respecto al evento con la frase: «Enfermos psicópatas». Mientras la periodista Charito Rojas mostró su sorpresa ante esta actividad, tuiteando la siguiente opinión: «Una amiga me pregunto si era cierto que habría una cumbre de espiritismo en el Campo de Carabobo por el Bicentenario . ‘No vale, yo no creo’, dije. Pues aquí está: ‘1er Encuentro Cultista’ y Chávez, María Lionza y el Negro Primero en la imagen del programa».

Es por todos conocido que Maduro y su mujer Cilia Flores son seguidores de diferentes grupos esotéricos y además rinden culto al gurú Sai Baba ya fallecido. Sus vínculos con los brujos, los santeros y paleros (los que escarban los huesos de personalidades en los cementerios para apropiarse de su espíritu) han sido investigados y ampliamente documentados en los dos libros que ha publicado el periodista venezolano David Placer.

A la pareja presidencial no se le vio en el desfile del Ejército celebrado el jueves en el Paseo de los Próceres, tal vez porque Maduro y su entorno ministerial ya no se atreven a presentarse en público a la luz del día por temor a ser presas de los cazarrecompensas que buscan capturar algo de los 95 millones de dólares por sus cabezas que ofrece la justicia de EEUU.