Macron lanza en Marsella su campaña contra la inseguridad

Acompañado de ocho ministros importantes, Macron utilizará Marsella, espejo cóncavo de todas las crisis de Francia, para lanzar su campaña presidencial, personal, sobre las cuestiones que dominan y van a dominar la vida pública nacional durante la campaña presidencial que culminará la primavera que viene: criminalidad e inseguridad crónicas , multiculturalismo desintegrado o mal integrado, pobreza crónica y creciente, suburbios insalubres, déficit y deuda hipotecando el futuro económico y social…

En Marsella se cometen de 200 a 300 asesinatos anuales, los ajustes de cuentas violentos entre bandas multiculturales son una gangrena crónica, más del 50% de la población vive en condiciones de precariedad permanente, los transportes públicos viven una crisis aguda, ni la alcaldía ni la región PACA (Provenza Alpes Costa Azul) tienen los recursos financieros indispensables para salvar económicamente a la segunda ciudad de Francia. En bastante medida, esos problemas municipales son un espejo cóncavo de todas las crisis francesas.

A ocho meses de la primera vuelta de la próxima elección presidencial, la matriz institucional del modelo político francés, Emmanuel Macron se dispone a «responder», a su manera, a ese rosario de crisis, para presentar diversos proyectos e intentar combatir ese rosario de plagas nefandas.

En Francia, la palabra del presidente, el jefe de Estado, tiene una autoridad absoluta, normativa. Macron ha preferido realizar su visita de tres días a Marsella, acompañado de ocho ministros. Cuestión de método.

Gérald Darmanin, ministro del Interior, antiguo portavoz oficial de Nicolas Sarkozy, ha fijado el marco político de la visita de Macron: «La seguridad es la madre de todas las batallas». Todo está dicho. La seguridad municipal, regional y nacional son un todo. Y Macron sitúa ese problema en el corazón del nuevo curso político, cuando comienza la gran carrera maratón de la próxima campaña presidencial.