Macron intenta evitar la construcción de una mezquita en Estrasburgo

Darmanin ha pedido al prefecto de la región de Alsacia, que presente un recurso administrativo y judicial contra la subvención otorgada por la alcaldesa ecologista de Estrasburgo , Jeanne Barseghian, a la Confederación islámica Milli Gorus (Visión Nacional), la rama francesa de una organización turca, europea, bien implantada en Alemania, principalmente, con 500 mezquitas en toda Europa occidental.

La Confederación islámica Milli Gorus controla 71 mezquitas en Francia y proyecta construir en Estrasburgo, «capital de Europa» , la mayor mezquita de todo el continente.

Miembro estatutario del Consejo francés de culto musulmán (CFCM), la Confederación islámica Milli Gorus también controla una docena de centros educativos privados, donde se ofrece enseñanza en lengua árabe, siguiendo «religiosamente» preceptos musulmanes, interpretados desde una óptica política y nacionalista turca. El proyecto de ley que deberá combatir el separatismo religioso y cultural intentará «controlar» este tipo de centros de educación privada, «paralela» a la educación pública, nacional.

A juicio del ministro del Interior, Milli Gorus (Visión Nacional) es una organización política, peligrosa por muchas razones: trabaja en estrecho contacto político con el gobierno turco y no parece respetar los códigos de conducta que se propone prohibir el proyecto de Ley, en curso de discusión parlamentaria, contra el separatismo cultural y religioso.

Gérald Darmanin estima que las subvenciones concedidas por la alcaldesa de Estrasburgo son «muy peligrosas», ya que pueden contribuir al crecimiento de un islam político, «secesionista» , amenazante desde muchos puntos de vista.

El prefecto de la región de Alsacia presentará recursos para intentar paralizar las subvenciones municipales. Pero el caso de la gran mezquita de Estrasburgo confirma el crecimiento llamativo de un islam francés financiado parcialmente con dinero extranjero (turco), con muchas aspiraciones europeas.

Milli Gorus comenzó creciendo de manera importante en Alemania, donde son bien conocidas y temidas sus relaciones con el gobierno turco. Su implantación en Francia data de la última década. La denuncia e intervención del ministro del interior intenta impedir o recortar las ambiciones de la gran mezquita de Estrasburgo, que los islamistas esperan construir no muy lejos de la gran catedral gótica de la capital alsaciana, uno de los símbolos históricos de la civilización europea.