Hazte premium Hazte premium

Londres pide un trato especial para sus pasaportes en las fronteras europeas

Las reglas del espacio Schengen prohíben excepciones para países terceros

REUTERS
Enrique Serbeto

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La cuestión tenía que aparecer tarde o temprano en las negociaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido y lo ha hecho en el último momento y de la peor manera. Según la prensa inglesa, el Gobierno de Boris Johnson ha pedido a sus interlocutores europeos que permitan a los viajeros británicos que entren en la zona Schengen usar los controles automáticos de pasaportes, ahora solamente reservados para los ciudadanos comunitarios y los de Noruega o Suiza , que también forman parte del espacio de libre circulación. La respuesta ha sido negativa, porque la legislación comunitaria impide hacer excepciones para un país.

Cualquiera que haya efectuado un viaje fuera de Europa se ha encontrado a la entrada del espacio Schengen con dos filas, la reservada a los ciudadanos europeos y la de todos los demás países. La diferencia es que en la primera los controles de identidad son rápidos y cómodos y en algunas partes incluso automáticos, mientras que las colas en la zona de «otros países» son larguísimas y exigen a veces mucho tiempo antes de atravesarla. Los ciudadanos con pasaporte británico han elegido con el Brexit pasar de una a la otra, lo que sucederá a partir del primero de enero del año que viene. Por ello, Johnson había pedido que se permita a los portadores de un pasaporte británico digitalizado (como el de color azul que han empezado a emitir compulsivamente para sustituir los burdeos de características estandarizadas dentro de la UE) utilizar las puertas automáticas reservadas ahora exclusivamente para los europeos. La respuesta de los negociadores comunitarios ha sido negativa, debido a que las reglas de Schengen exigen ahora que todos los pasaportes de países terceros deben pasar todavía un control físico y han de ser sellados y no se pueden establecer excepciones. Eso puede suponer que en un escenario en el que se restablezcan las actividades económicas habituales, un viajero británico puede necesitar a partir de enero hasta una hora para atravesar el mismo control de pasaportes que hasta ahora podía pasar prácticamente sin parar. Para un vuelo entre Londres y ciudades europeas próximas como París, Bruselas o Ámsterdam, puede resultar que dure más tiempo el control de pasaportes que el mismo vuelo.

Un pulso de Johnson

Un responsable europeo citado por «The Guardian» describía la situación como un pulso «en el que Johnson quiere obligarnos a cambiar la legislación europea para obtener una ventaja que ya tenía» y que luchó denodadamente por perder cuando hizo campaña en defensa de la salida de la UE.

Naturalmente, teniendo en cuenta que la regla en este campo va a ser la reciprocidad, es de esperar que el Gobierno de Londres establecerá una política igualmente restrictiva para los viajeros europeos que lleguen al Reino Unido. Es muy posible que imponga incluso la obligación de obtener previamente un visado de entrada.

La cuestión puede tener ramificaciones más serias , teniendo en cuenta que tanto a la UE como al Reino Unido les interesa mantener un grado relevante de cooperación policial incluyendo el intercambio de información sobre personas eventualmente peligrosas y sus desplazamientos. En una situación de confianza mútua, como sucedía cuando eran miembros de la UE, este aspecto era fluido y pragmático. A partir de ahora ya no está garantizado.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación