Lacalle Pou se prepara para suceder a Vázquez en Uruguay

Lacalle Pou, hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle, habría logrado la Presidencia cinco años después de intentarlo por vez primera frente a Tabaré Vázquez . Hombre carismático, activo en redes sociales y amigo de hacerse selfies, tiene fama de trabajador y de cumplir sus promesas. Capaz de aprender de sus errores protagonizó una campaña formidable de la mano de su candidata a vicepresidenta, Beatriz Argimón.

Hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-95) su presidencia se suma, ideológicamente, a la mayoría de las que hay en Sudamérica (Brasil, Colombia, Chile, Perú y Paraguay) e inclina la balanza liberal frente al nuevo bolivarianismo del Grupo de Puebla que encabeza el presidente electo argentino, Alberto Fernández . Con este vecino –y la todopoderosa vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner – tendrá Lacalle Pou –si se confirma en el recuento final su triunfo– que establecer los términos de una convivencia que no se anticipa fácil.

Su victoria es un éxito compartido con el resto de los partidos que forman ese arcoíris de fuerzas liberales y de derechas. Léase el Partido Colorado al que pertenece el expresidente Julio María Sanguinetti y que tenía en el economista Ernesto Talvi, puestas sus esperanzas en la primera vuelta de las elecciones del 27 de octubre. A éste hay que añadir Cabildo Abierto, una versión a la uruguaya de Vox presidida por el general en retiro, Guido Manini Ríos, versión local de Jair Bolsonaro.

La unión de todos ellos se tradujo en este balotaje en un documento «Compromiso por el país», donde están reflejados los principales acuerdos. Entre otros y a petición de Manini, figura fiscalizar a conciencia la gestión de Tabaré Vázquez y el uso de los recursos públicos. El objetivo es, «identificar espacios de ineficiencia y eventuales irregularidades en el manejo de los recursos públicos», reproches que se le hacen al actual presidente.

La históricamente serena y tranquila jornada electoral en Uruguay se vio alterada por el asalto de madrugada a un furgón militar que transportaba material electoral. También por la difusión de Manini de un vídeo en el que pedía a las Fuerzas Armadas el voto para Lacalle Pou. Este lo censuró por violar la veda y Martínez declaró no estar de acuerdo «con ninguna forma de imposición de ideas. Pucha (caramba) estamos perdiendo algunos códigos. Ojalá reflexionemos como sociedad», observó perturbado. Conrado Ramos, del Partido Independiente, alineado con Lacalle Pou, también fue tajante, «rechazo que (el video) alimente la antinomia soldados versus izquierda en el Gobierno. Va más allá de puja electoral y nos retrotrae a los días más tristes de nuestro pasado reciente», escribió en su cuenta de Twitter.

Vázquez inauguró en el 2005 el ciclo ininterrumpido de poder del Frente Amplio, donde alternó la Presidencia con José, «Pepe» Mujica. El socialista se despedirá de su segundo Gobierno sin, previsiblemente, poder colocar la banda presidencial a un compañero de partido. El actual mandatario, bajo tratamiento oncológico, manifestó que tiene todo listo para la transición , «desde hace tres meses» y está «disponible para el que gane».

Tabaré fue a votar al modesto barrió de La Teja, donde tiene su consulta que en ninguno de los dos gobiernos abandonó totalmente. En el Club Teatro Progreso este médico de profesión y dos veces presidente fue recibido con pancartas de apoyo: «Fuerza Tabaré» o «la Teja te abraza». Preguntado por la virtual victoria de Lacalle Pou, observó: «No hay drama, drama son otras cosas». Dicho esto, expresó su respeto a los más de dos millones y medio de votantes porque «el voto es soberano» y «hay que respetarlo» aunque no coincida con el suyo.

En este contexto agradeció la llamada de Sanguinetti también dos veces presidente para celebrar que, al menos hasta ahora, Uruguay no fuera víctima del contagio de los disturbios en Sudamérica . Sus palabras, según Tabaré Vázquez resumían, «el orgullo para el país que en una región convulsionada» se pudiera celebrar una campaña y «eventualmente un cambio de Gobierno, con la paz, la tranquilidad, el respeto y la tolerancia» que «habla muy bien de todo Uruguay» y del Gobierno que ya toca su fin.