La Justicia de EE.UU. ordena reunificar en 30 días a los menores separados

La orden judicial complica todavía más la crisis migratoria para el Gobierno de EE.UU., instalado en un embrollo legal, mediático y político desde la entrada de la llamada «tolerancia cero» en la frontera desde principios del mes pasado. Su aplicación provocó la separación de más de 2.000 menores de sus padres. El escándalo en la opinión pública provocó que Trump firmara una orden ejecutiva que exige que no se separa a las familias, sino que permanezcan detenidas, algo que todavía no puede aplicar por problemas logísticos –no tiene capacidad en centros de detención– y legales –la jurisprudencia exige que los menores pasen como máximo 20 días detenidos–.

El Gobierno puede recurrir la orden judicial –emitida el martes, el mismo día en que el Tribunal Supremo dio la razón a Trump con su veto a la entrada de inmigrantes de varios países de mayoría musulmana– y probablemente lo hará. El desafío logístico de cumplir con la orden es enorme y el Gobierno ya ha dicho que el decreto de Trump cumplía lo que exige el juez.

Mientras tanto, la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, volvía a naufragar en su intento por impulsar una reforma migratoria . Después de que la semana pasada, Trump asegura a los legisladores que «perdían el tiempo» en ello, este miércoles apoyaba una de las propuestas en un largo mensaje en Twitter, todo en mayúsculas, «aunque los demócratas lo bloqueen en el Senado».

No importó: las diferencias entre los legisladores republicanos hicieron que la propuesta -busca facilitar el acceso a la ciudadanía de inmigrantes jóvenes, evitar la separación de familias y financiar el muro con México- no saliera adelante.