Jack Angeli, «el chamán de QAnon» que adora a Trump
Tiene 32 años, es actor y cantante fracasado. Dice ser el líder de un movimiento de desobediencia civil. Su vestimenta es siempre la misma y le ha convertido en un icono del asalto al Capitolio

Para el mundo es ya el cornudo de pecho descubierto que se paseó por el Capitolio y se encaramó al asiento del vicepresidente puño en alto y gritando arengas ininteligibles sobre Trump y el final del mundo. Pero para los que llevamos largo tiempo cubriendo ... las alucinógenas teorías de la conspiración del llamado movimiento QAnon aquí en Estados Unidos es un viejo conocido de Arizona que durante meses se pasea por todo el país de la misma guisa hablando de una supuesta batalla campal entre su ídolo, el presidente Trump, y una pérfida secta de pederastas alienígenas encabezados por los demócratas , que con George Soros tratan de conquistar el mundo. Jake Angeli, de 32 años, es un actor y cantante por lo que parece fracasado que en 2020 fue a casi todos los actos de protesta del movimiento QAnon incluido uno de boicot a un evento de la ONG Save the Children porque consideran que esta es una tapadera para la trata de niños.
Verborrea antológica
Angeli siempre viste igual, ya sea en el asfixiante calor del desierto de Arizona o en el frío glacial de la capital en enero: con los cuernos y el gorro de piel con dos rabos a cada lado de la cabeza , el pecho descubierto y pintado, una mochila y pantalón de pijama. Suele ondear además una bandera americana, al parecer para dejar claro de dónde es. Los periodistas hemos hablado mucho con él, y a pesar de que no está muy clara su formación, se tiene por experto en casi cualquier cosa. Su verborrea es antológica. El miércoles en Washington, sin ir más lejos, opinaba de Venezuela, porque sí. «Al pueblo de Venezuela, sí, recuperad vuestro país, nosotros hemos sentado ejemplo», gritaba tan tranquilo en la avenida Pensilvania tras haber salido de un Capitolio en cuyo asalto murieron cuatro personas. «Declarad también el final del comunismo», recomendó, por si a nadie se le había ocurrido. Preguntado por si teme que la policía le detenga tras asaltar el Senado, Angeli dice que no, que Trump le protege y que de hecho la policía le acompañó a la salida del Capitolio y le dijo adiós educadamente.
El atuendo del tipo es sin duda llamativo, y según él explica, es de chamán. De hecho insiste en que se le llame «el chamán de QAnon», algo que suele pedir antes de ponerse a dar unos gritos incomprensibles mientras se encorva y se pasea de un lado de la acera a otro como si fuera un pato. También tiene un alto concepto de sí mismo. Dice ser el líder de un movimiento de desobediencia civil al nivel de los de Martin Luther King, Gandhi o el mismísimo Jesucristo, modestia aparte.
Varios partidarios de Trump han querido usar a Angeli como ejemplo de que la izquierda radical antifascista se infiltró en las marchas a favor del presidente y reventó los actos con violencia. Pero el estrambótico chamán no es ni mucho menos un topo. Lleva mucho tiempo haciendo profesión de fé, adora al presidente, va donde este le dice que vaya y hasta ha llegado a hacerse fotos con su abogado, Rudy Giuliani, que ha compartido en redes sociales. De entre los trumpistas, es uno de los más convencidos.
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