Más de 300.000 «indignados» inundan las calles de Israel

La mayor protesta social en la historia del país clama contra el alto coste de la vivienda y la vida

Más de 300.000 «indignados» inundan las calles de Israel REUTERS

LUIS P. ARECHEDERRA

Más de 250.000 personas tomaron, durante la noche del sábado, las calles de las principales ciudades de Israel en protesta por el alto coste de la vida. La indignación social c omenzó hace tres semanas cuando en torno a veinte ciudadanos ... acamparon en una calle adinerada de Tel Aviv. La chispa que prendió el movimiento fue el alto precio de la vivienda . En pocas semanas, la protesta se ha convertido en la mayor marcha social en la historia del país y clama contra el sistema político y económico.

Sin símbolos de partidos políticos

«Más de 200.000 personas se están manifestando en Tel Aviv, unas 30.000 en Jerusalén y entre 20 y 25.000 en distintas ciudades en el resto del país», afirmó Miki Rosenfeld, portavoz de la Policía, quien señaló que no se habían registrado incidentes. El canal de noticias israelí «Ynet» elevó la cifra a 300.000 personas.

Los manifestantes eran, en su mayoría, jóvenes. Avanzaban al ritmo de cacerolazos, trompetas y tambores y no portaban símbolos de partidos políticos . Coreaban cánticos como « El pueblo quiere justicia social », o «Toda una generación demanda un futuro». Las banderas escaseaban: las más eran del Estado judío, las menos de Palestina y de color rojo.

«Es muy emocionante cómo todo esto comenzó de repente, son cosas que sentimos desde hace mucho tiempo pero nunca habíamos salido así a la calle. Lo más bonito es vernos a todos unidos con un mismo grito por la justicia social» declaró Yael Gur, una joven treintañera.

Las pancartas apuntaban al Gobierno de Benjamin Netanyahu y al sistema económico: «El pueblo contra el Gobierno», y «Las personas por encima de los beneficios». Otra pancarta lucía el lema del sionismo «Si lo queréis, no será una leyenda», aplicando a la situación social la conocida consigna de Herzl, el escritor austrohúngaro que fundó el sionismo político moderno. También había guiños a la protesta que derrocó en Egipto al dictador Hosni Mubarak : «Egipto está aquí».

Tel Aviv, Jerusalén y otras ciudades

Las marchas no comenzaron hasta las nueve de la noche, cuando finalizó la jornada sabática de descanso, sagrada para el judaísmo. Durante la tarde, medio centenar de autobuses llevaron a estudiantes hasta Tel Aviv. Otros miles de personas bloquearon diferentes intersecciones en varios puntos del país. En Tel Aviv, la manifestación comenzó en la plaza de Habima y se dirigió hacia Kaplan, donde iba a tener lugar por la noche un festival de música y discursos en apoyo a la protesta. El tráfico permaneció cortado en buena parte del centro de la ciudad.

En Jerusalén, los «indignados» se concentraron en la conocida como Plaza del Caballo, desde donde marcharon hacia la plaza de París, donde también hubo música como entretenimiento. Estos «indignados» marcharon hasta la residencia oficial del primer ministro Netanyahu y exigieron dimisiones. Cientos de personas protestaron también en otras localidades como Kiryat Shmona, Hadera, Eilat y Ashkelon (cerca de la franja de Gaza). En esta última población, algunas personas expresaron sus dificultades económicas con carritos de la compra vacíos.

Medidas anunciadas, insuficientes

«Jóvenes de Israel, ha llegado nuestra hora», proclamó el presidente del Sindicato Nacional de Estudiantes, Itzik Shmuli. Un manifestante afirmó eufórico a la versión digital del diario israelí «Yedioth Aharonoth» que «es un despertar colectivo sin precedentes. Estamos siendo testigos de cómo el pueblo se despereza (...). Lo que comenzó como una batalla por una vivienda asequible se ha convertido en un movimiento de protesta que es como una bola de nieve y ahora habla de un amplio cambio de sistema».

El presidente Netanyahu ha prometido cambios para disminuir los precios de los productos básicos y las viviendas . Está dispuesto a liberar terrenos para la construcción y a ofrecer incentivos fiscales. También prometió crear un comité para afrontar las quejas de la protesta.

Los «indignados» consideran «insuficientes» las medidas anunciadas. Uno de sus líderes, Stav Shafir, afirmó que el presidente no les había dicho nada y que exigían verdadera disposición del Gobierno para trabajar con el pueblo. «Hasta entonces, seguiremos aquí», sentenció. Muchos de los «indignados» siguen a campados en el bulevar Rothschild de Tel Aviv . El sábado pasado los manifestantes fueron 150.000. En una semana, la cifra ha sido casi duplicada. La indignación social ha estallado, también, en Israel.

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