EL ANÁLISIS TÁCTICO EL GENERAL (R) PITARCH (23/4/2022)
Los errores de Rusia en la guerra de Ucrania
La guerra, en dos meses, no ha resuelto nada. Y, todavía peor, no puede descartarse que estuviésemos en los prolegómenos de la III Guerra Mundial
Pedro Pitarch, general (R), ex jefe de la Fuerza Terrestre
El Plan de Campaña ruso para la invasión consistía, en síntesis, en romper las fronteras ucranianas por tres direcciones generales (a las que cabría añadir el refuerzo a las milicias prorrusas en el Donbass). De esos tres ejes principales, uno apuntaba a Kiev, ... otro tenía a Jarkov como objetivo y, el tercero, desde Crimea, se dirigía hacia el río Dniéper con tres objetivos iniciales: Jersón, la presa de Kajovka y Mariúpol. Un plan muy clásico que tenía a Kiev como objetivo estratégico y la línea Jersón―Zaporiyia―Dnipropetrovsk―Jarkov como objetivo operacional.
Noticias relacionadas
Ese planeamiento, de facto, establecía como zona de operaciones el territorio ucraniano al este del río Dniéper. El resto del territorio no era, en principio, objeto de invasión terrestre, sino de hostigamiento, por y desde el aire, a puestos de mando retrasados, instalaciones logísticas y objetivos de oportunidad. La llamada 'operación militar especial' alumbraba así cuatro zonas de combate preferente: Kiev en el norte, Jarkov en el noreste, Donbass en el centro y Jersón― Mariúpol en el sur.
La llamada 'operación militar especial' alumbró cuatro zonas de combate preferente: Kiev, Jarkov, Donbass y Jersón―Mariúpol
En la zona de Kiev, el rápido desembarco aerotransportado en el aeropuerto de Hostómel, y los exitosos combates iniciales para progresar hacia la ciudad parecían un buen presagio inicial para los rusos. Faltaba por probarse la asunción de planeamiento más vital: ante la presencia de las tropas rusas en los alrededores de la capital, con los consiguientes bombardeos a sus defensas en suburbios y áreas residenciales, el Gobierno ucraniano, simplemente, o huirá o se rendirá, desmoronándose el entramado defensivo ucraniano. Pero tal asunción resultó fallida. Los ucranianos respondieron a la iniciativa rusa planteando un combate urbano , que es la acción más desgastante y costosa para el atacante y más favorecedora para el defensor.
Una semana después de la invasión, fue claro que la ciudad no se rendiría gratuitamente. Putin se vio entonces enfrentado a un dilema vital: intentar apoderarse de la capital utilizando todos los medios a su alcance, lo que suponía arrasar Kiev (origen de la propia Rusia) además de un elevado número de bajas propias o, alternativamente, rebajar su nivel de ambición y abandonar ese objetivo. Dudó durante tres semanas hasta que, quizás, recordando que las decisiones operativas sobrevenidas no las toman los mandos sino los tiempos, el ministro de defensa ruso, Shoigú, anunció que «la primera fase podía darse por concluida». La pedagogía de los hechos había así conducido al repliegue ruso, tras un monumental derroche de sangre, destrucción y dinero sin contrapartidas apreciables.
Otro gran error de planeamiento inicial fue la mencionada dispersión de esfuerzos. Se ejecutaron tres acciones ofensivas independientes entre ellas y subordinadas a un mando estratégico en Moscú . Dispersión que dificultaba una acción de conjunto coordinada y con apoyos mutuos y que, además, suponía una complicada y desperdigada maniobra logística. El descosido se pudo zurcir con el repliegue de todas las fuerzas rusas desplegadas al oeste de Jarkov, así como con el nombramiento de un único mando operacional en la persona del general Dvornikov.
Otro gran error de planeamiento inicial fue la mencionada dispersión de esfuerzos
Todas esas pérdidas de tiempo favorecieron un flujo impresionante de armas, municiones y equipamientos transferidos a las fuerzas ucranianas que, además, devino en un apriete de filas alrededor de EE.UU. como líder de la OTAN, y en gran incremento de la cohesión en el seno comunitario. Así, frente al Goliat ruso, el David ucraniano ha podido pelear pertrechado, material y moralmente, con algo más que una honda. En tal suministro, 'in crescendo', EE.UU. y el Reino Unido destacan como formidables agentes abastecedores.
Donde las tropas rusas han obtenido mejores resultados ha sido en el sur. El mismo 24 de febrero, en una rápida acción aerotransportada, las tropas rusas se apoderaron de la presa y las instalaciones de Kajovka, en el Dniéper, donde comienza el Canal del Norte de Crimea. Sistema de aguada, obturado por Ucrania tras la anexión rusa de Crimea, en 2.014, y que cubría las necesidades de la industria, la agricultura y de boca en esa península. En la misma fase de operaciones, apoyándose en el curso bajo del Dniéper, las tropas rusas se apoderaron de una amplia franja de terreno que, desde Jersón-planta nuclear de Zaporiyia se prolonga hacia el este para conectar con territorio ruso al oeste de Rostov de Don. En el otro extremo, fuerzas rusas al oeste del Dniéper, que parecían intentar progresar hacia Odesa fueron bloqueadas por los ucranianos en la zona de Mikolaiv, donde combaten parapetadas desde hace varias semanas.
Mariúpol ha logrado resistir, durante mes y medio, las embestidas rusas
En toda esa larga franja de terreno, al norte del mar de Azov, Mariúpol ha logrado resistir, durante mes y medio, las embestidas rusas. Finalmente, lo único que queda de su defensa son los 'enclaustrados' en la planta metalúrgica Azovstal, que el Kremlin pretende liquidar por consunción. Esa resistencia, técnicamente, es solo un obstáculo menor al movimiento a lo largo de los 600 kilómetros de longitud de dicha franja. Si bien, moralmente, pasa a engrosar el inventario de objetivos alcanzados, pero no plenamente consolidados por las fuerzas rusas.
En el Donbass, las dos autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk se van expandiendo lentamente. Tras la reorganización rusa, se ha recrudecido allí la lucha. Las operaciones rusas se focalizan sobre el potencial enlace físico de sus fuerzas entre dos dientes. Uno al sur del Jarkov (Izium) y otro al noreste de Donetsk (Górlovka) para tratar de embolsar a las fuerzas ucranianas ―quizá más de un 25% de sus efectivos totales―, que despliegan y combaten al este de la línea Górlovka―Kramatorsk―Izium. Las operaciones ucranianas tratan de impedirlo, en un escenario en el que la zona Kramatorsk―Sloviansk aparece como objetivo próximo a alcanzar por los rusos y a defender por los ucranianos. El resultado de esa pugna será también el de la llamada batalla del Donbass.
Los resultados de la campaña están siendo dispares, levantando críticas a la ejecutoria rusa por rigidez procedimental y agarrotamiento logístico. Defectos atribuibles más a errores de planeamiento de los estados mayores, que a fallos de ejecución de las tropas. Porque, a veces, las operaciones han pecado de demasiado convencionales . Y aferrarse a los procedimientos es síntoma inequívoco de arterioesclerosis de un Ejército.
En fin, la invasión de Ucrania, en dos meses, no ha resuelto nada. Se ha quebrado el orden internacional y esparcido la semilla de un orden incierto. La guerra se ha asentado en Europa. Los combates se recrudecen. Millones de refugiados ucranianos peregrinan por doquier. Y, todavía peor, no puede descartarse que estuviésemos en los prolegómenos de la III Guerra Mundial.
Pedro Pitarch , general (R), es exjefe de la Fuerza Terrestre de España
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete