Cruz Roja suspende actividades en Pakistán tras el asesinato de uno de sus miembros

Cuatro meses después el CICR recibió la confirmación de la muerte de Khalil, que a sus sesenta años tenía una larga experiencia en misiones humanitarias y había pasado también por Somalia e Irak, según la web de la organización.

De momento el CICR ha suspendido las actividades en Karachi y Peshawar, que se unen a Quetta, donde ya se interrumpieron nada más conocerse la noticia del secuestro.

«Por desgracia, sabemos que estas medidas van a perjudicar gravemente a los heridos, los enfermos, los discapacitados físicos y otras personas vulnerables», afirmó Paul Castella , jefe del organismo internacional en Pakistán, quien aseguró también que «estamos analizando la situación y el contexto con el fin de aportar una solución clara y sostenible».

La suspensión de las actividades del CICR, presente en el país desde 1947 , compartió espacio en los medios paquistaníes con la enésima prueba balística por parte de las autoridades militares, que volvieron a exhibir un misil de medio alcance con capacidad de portar una cabeza nuclear.

Pakistán no ha firmado el Tratado de No Proliferación y, por tanto, sus instalaciones no pueden ser revisadas por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Islamabad se niega a firmar el tratado hasta que su eterno enemigo, India , haga lo propio. La lucha entre vecinos es eterna y ambos países cuentan desde los ochenta con capacidad para llevar a cabo una guerra nuclear, algo a lo que dedican la mayor parte de sus recursos.