Jon Huntsman, el republicano que trabajó para Barack Obama

Su perfil moderado le aleja del votante más conservador, lo que no le ha sacado de los últimos puestos en las encuestas

agencias

El precandidato republicano Jon Huntsman es, probablemente, uno de los más cualificados entre los siete que aspiran a enfrentarse a Barack Obama en las elecciones presidenciales de 2012 en Estados Unidos . Pero trabajó para el presidente, un lastre que no logra ... remontar.

Con un abultado historial diplomático, político y empresarial, de carácter moderado y padre de una familia numerosa y tradicional, este antiguo misionero mormón presenta unas credenciales que a priori le convertirían en favorito, pero la base republicana no le perdona que en los últimos dos años haya sido el embajador del Gobierno de Obama en Pekín .

Casado y con siete hijos, Huntsman sirvió en las administraciones de cuatro de los presidentes de Estados Unidos; comenzó en la Casa Blanca de Ronald Reagan cuando era muy joven y luego se involucró en los Gobiernos de Bush padre y Bush hijo .

Tras dejar la Administración federal, fue gobernador del estado de Utah desde 2004 a 2009, puesto para cuya reelección recibió más del 76% de apoyo en las urnas.

Un moderado acorralado

De religión mormona, al igual que su contrincante Mitt Romney , sirvió como misionero de esta religión en Taiwán durante dos años, antes de entrar en política con Ronald Reagan. Se define como un moderado de centro derecha y con su política económica como gobernador de Utah su estado se convirtió en uno de los principales creadores de empleo del país.

Apoyó también los recortes de emisiones de gases contaminantes y fue uno de los gobernadores que se pronunció en favor de la reforma migratoria cuando el Congreso intentó impulsarla, finalmente sin éxito, en 2007.

Reelegido para ese cargo con un fuerte apoyo popular, en 2009 se incorporó a la Administración Obama como embajador en Pekín, algo que le ha acabado granjeando críticas tanto de los republicanos más conservadores como de los demócratas.

A Huntsman, que renunció el pasado abril a su puesto diplomático para presentar su candidatura presidencial, los demócratas le han atacado por lo que consideran el abandono de la ideología centrista para cortejar a las bases republicanas más conservadoras. Y el ala derechista republicana critica que accediera a formar parte de una administración que consideran el enemigo político a batir.

Las encuestas no le son muy alentadoras: nunca ha llegado a abandonar los puestos de cola, algo que le ha llevado a dejar de lado Iowa, donde carece de posibilidades reales, para concentrarse en Nuevo Hampshire , la próxima cita electoral y un estado más centrista que considera puede estar más en sintonía con sus propuestas.

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