CLAVES DE LATINOAMÉRICA
Honduras puede seguir como el mayor aliado centroamericano de EE.UU. también con Xiomara Castro
Está por ver si la nueva presidenta rompe con Taiwán, pero Panamá, Costa Rica y El Salvador lo hicieron sin por ello enemistarse con Washington
El triunfo de Xiomara Castro en las recientes elecciones presidenciales de Honduras ha planteado algunas incógnitas sobre la orientación que la nueva presidencia tendrá en política exterior. La victoria de Castro, del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), supone un giro a la izquierda respecto ... a los dos mandatos de Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional, y podría enlazar con la trayectoria que intentó seguir su marido, Manuel Zelaya , cuando fue presidente entre 2006 y 2009. Si bien Zelaya partía de posturas moderadas, con el tiempo se lineó con la Venezuela de Hugo Cháve z y los otros gobiernos bolivarianos del ALBA. ¿Reemprenderá su esposa esa vía?
Uno de los propósitos de Zelaya al buscar la alianza con Chávez fue adquirir el «know how» para poder apalancarse en el poder a pesar de que el sistema hondureño prohibía la reelección. Como no podía impulsar una nueva constitución política, pues la Constitución de Honduras incluye una cláusula que imposibilita ser modificada, intentó un cambio por referéndum que llevó a la judicatura a rebelarse y al Congreso a destituirle. Lo que él no logró, lo consiguió su sucesor, sin que esta vez los sectores de derecha protestaran: Hernández introdujo la reelección para un segundo mandato y ha sido presidente ocho años.
Castro tiene al menos, por tanto, ese mismo horizonte temporal de proyección política, sin necesidad de contar con apoyos internacionales. Pero no es solo que ya no necesite al chavismo para sostenerse en el tiempo, sino que además el ALBA ya no es una garantía de «solidaridad»: el petróleo de Venezuela ya no fluye como antes, y el descrédito mundial de Maduro y de Ortega los hace incómodos compañeros de viaje.
Por otro lado, el Gobierno de Honduras puede beneficiarse de las nuevas conveniencias de Estados Unidos, pues a día de hoy Tegucigalpa es la capital del Triángulo Norte centroamericano menos enfrentada a Washington. EE.UU. no tuvo una especial sintonía con El Salvador de los gobiernos del FMLN, pero tampoco hubo causas de enfrentamiento, además de que entonces la crisis migratoria no era tan acuciante como ahora. Por su parte, el actual presidente salvadoreño, Nayib Bukele , ha creado algunos pleitos directos con la Administración Biden , mientras que esta acusa de corrupción a dirigentes del Gobierno guatemalteco de Alejandro Giammattei. A la Casa Blanca y al Departamento de Estado les interesa explorar la relación con Xiomara Castro y eso recomiendan voces del Partido Demócrata.
MACCIH y Taiwán
Dos elementos van a servir para medir la disposición de Castro a mantener vivo el vínculo con EE.UU., por más que al mismo tiempo, y especialmente en política doméstica, procure llevar a cabo una política propia y diferenciada. Uno tiene que ver con la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), una iniciativa patrocinada por la OEA que fue defenestrada por Hernández en enero de 2020. A ningún presidente le gusta tener la interferencia de fiscales exteriores (en Guatemala también fue aniquilada la CICIG), pero dado que quizás de entrada el objeto de las investigaciones fuera Hernández y sus alegadas conexiones con el narcotráfico, Castro podría reinstaurarla momentáneamente y usar al menos esa ventana de tiempo para congratularse con los demócratas de Biden.
El otro elemento es la relación con Taiwán. En las últimas décadas, por su supeditación histórica a Washington, los países centroamericanos han quedado como casi el único reducto de apoyo diplomático internacional a Taipéi. Pero el auge de China ha ido socavando esa fidelidad, de forma que Panamá, Costa Rica, República Dominicana y El Salvador han trasladado su embajada a Pekín. Ciertamente Honduras ha sido el país centroamericano históricamente más alineado con EE.UU. y las presiones pueden pesar para que Castro revise el anuncio hecho durante la campaña electoral de dejar de reconocer a Taiwán y que ahora su entorno insiste en dejar en el aire. En cualquier caso, los otros vecinos centroamericanos cambiaron su embajada sin enemistarse con Washington, por lo que lo tampoco tendría por qué darse una fractura si Honduras tomara esa misma decisión.
Base militar de Soto Cano
Hay un punto clave en la relación entre Honduras y EE.UU., que es el de la cooperación en materia de seguridad. Allí donde EE.UU. tiene una base militar, los intereses que rodean esta constituyen el filtro para cualquier ulterior valoración por parte de Washington. La base de Soto Cano o Palmerola es la principal base estadounidense en la región y un apoyo importante en la lucha contra el narcotráfico. Zelaya negoció con EE.UU. compartir la pista con un nuevo aeropuerto civil que, a 75 kilómetros de Tegucigalpa, pudiera reactivar económicamente el centro del país, pues el actual aeropuerto de la capital tiene serias limitaciones para las maniobras de aterrizaje y despegue.
El Aeropuerto Internacional de Palmerola acaba de ser inaugurado y al nuevo Gobierno de Honduras le interesa que sea un éxito, por lo que lo inteligente sería mantener una relación fluida y cooperativa con sus vecinos de la base.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete