Un juez holandés respalda el veto a los extranjeros en los «coffee shops»

Los propietarios de los «coffee shops» habían recurrido a la justicia holandesa el pasado 18 de abril para evitar la próxima entrada en vigor de la medida, que califican de «discriminatoria» . El tribunal considera, sin embargo, que la iniciativa «no viola los principios básicos de la ley contra la discriminación».

La nueva legislación debería aplicarse como tarde a partir del 1 de mayo en tres provincias del sur del país, fronterizas con Bélgica y Alemania, y antes de que acabe el año en el resto del territorio. Los 670 «coffee shops» holandeses se convertirán a partir de ese momento « clubes cerrados» con un máximo de 2.000 miembros por establecimiento , todos ellos residentes en Holanda y mayores de 18 años. Los dueños se oponen a las medidas por el temor a una reducción importante de sus ingresos.

La venta de cantidades pequeñas de cannabis es legal en Holanda, lo que permite la existencia de los «coffee shops», donde se puede pedir una bebida no alcohólica y un «porro» por una cantidad equivalente a la de una copa. Esta tolerancia hace de Holanda un polo de atracción para el llamado «turismo del porro», que incomoda cada vez más, sobre todo a ciudades fronterizas con Bélgica, donde la legislación es mucho más rigurosa .

El objetivo de la conocida como «tarjeta cannabis» es reducir los atascos, el ruido nocturno y la proliferación de pequeños traficantes de droga en las calles debidos a la afluencia de millones de turistas extranjeros que cada año viajan a Holanda para visitar los famosos «coffee shops». La posesión, consumo y venta de menos de cinco gramos de cannabis en estos establecimientos es legal desde 1976.